Blando de matar
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La mejor producción independiente de Netflix del año llegó en Navidad de la mano de un español (Jaume-Collet Serra) con muchas reminiscencias a "Duro de matar 2", pero la elección deliberada de un actor sin ironía ni músculos, sino un "tipo común" (como si los tipos comunes fuéramos así de guapos como Taron Eagerton). Esto permite darle más suspenso a una trama que todo lo sacrifica al suspenso lográndolo hasta el último fotograma. Porque inescrupulosamente mueren inocentes-en nombre de salvar más vidas-con los que tratan de no encariñarnos mucho, no involucrarnos, porque indolentemente se evitan ahondamientos en la psicología de los personajes, dilemas morales, solo nos aturden las cataratas de acontecimientos inesperados non stop que incluyen una escena en un auto que para muchos es colosal y para otros roza lo cómico en cuanto a inverosímil. Tenemos que amar, eso sí, al bebé en la panza de la novia del protagonista, evitando que la maten ya se salvan dos vidas....