Hagamos la ternura sin perder la crueldad

-Estás radiante, Martín. Me preocupa. ¿Estás en tus cabales? ¿Sabés qué día es hoy, cómo volver a tu casa, cómo te llamás? -Me cuesta mucho abrir la boca y que no me salga en loop perpetuo el nombre de ella -No voy a ser tan pelotudo de preguntarte el nombre de quién porque estás en empelotudecido, se te va a escapar y adiós mi plata... -Ay, sí, no se me escapa que se me puede escapar...mis redes nunca se enfrentaron a este tipo de criatura marina con movimientos tan voluptuosos...Nunca en mi vida fui tan feliz -Bueno, es evidente que tuviste una vida de mierda como para estar tan contento ahora con tu actual vida que, convengamos, no deja de ser una vida de mierda, lo digo imbuido de la veneración y el aprecio que siempre te tuve -Veneración y aprecio, nunca tuvimos -El dicho es "plata y miedo nunca tuvimos", es uno de los ciento noventa y siete refranes que me parecen idiotas...todos los pobres que conocí sufren cantidad de temores que una persona con las necesidades bás...