Terapia alternativa: cuando no cambia la actriz pero sí el género
Carla Perteson carga sobre sus hombros con una situación insólita: darle vida a una falsa terapeuta en una comedia llena de pimienta, intervenciones nada psicoanalíticas, incorrección política y frescura cuando el capítulo lo escriben Cohn y Duprat y sin siquiera cambiar de maquillaje darle muerte a esa terapeuta desternillante y darle vida a otra completamente distinta cuando el capítulo lo escribe Ana Katz: se trata del desafío de encarnar a una terapeuta verdadera entrando en las problemáticas de dejar ir a los muertos queridos, afrontar las realidades del cuerpo, sobrellevar el lento paso indetenible del tiempo, un cariz oscuro de una densidad emocional más comprometida con el corazón, haciéndose cargo de que la carne es débil con la carnadura de que la carne, vejez o respectivas calenturas mediante, se va poniendo dura. Es como si el pasaje de la naturaleza a la cultura que para Levy Strauss es el incesto y para los cinéfilos es el pasaje de Sean Connery a Roger Moore ya no fu