-¿Por qué esa cara? -Es la única que tengo -Martín, algo te pasa -No me pasa nada, no soy homofóbico -¿Y quién dijo que lo fueras? -Mi alumno celebridad me dijo que me ama -Ni tu mamá te ama, Martín, esos escritores se drogan -No, es que no sabés lo que me pasó -¿Qué te pasó? -Soy muy mimético -Lo sé -Soy muy influenciable -Sí, lo veo todo el tiempo. Hablás dos minutos con un español y empezás con el tú -Nunca me puse a combatir mi volubilidad, esta docilidad con la que me dejo habitar por la gravitación de mi interlocutor. Siempre creí que en mis textos puedo crear personajes femeninos, dar voz a niños, apropiarme de registros distintos gracias a que mi alma es de plastilina -Bueno, el único peligro es que te juntes con personas a las que no te convenga parecerte -Nada te entra más adentro que el objeto de deseo, lo explica Freud en "Enamoramiento e hipnosis": el enamorado introyecta a su objeto de deseo como ideal del yo. -Bueno ¿a qué vas con eso? ¿a quién deseás? -A una p...