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Un país divido entre quienes amamos a Messi y quienes aman a Messi

 

Estoy leyendo las cosas que hizo David Priestley con sus pacientes. A un jugador que perdió una final lo hizo ir a un hospital, donde se sintió bien porque pocas cosas insospechadamente generan más felicidad que la filantropía. Y porque lo hizo comprender lo privilegiado que es.
Está bien empaparnos más de lo que hace y quién es el psicólogo del Dibu después de que en una conferencia de prensa Scaloni reconociera quién fue el suyo: ¡Messi!


Me vino a preguntar si se pudo haber pescado una infección por haber besado la Copa sin antes rociarle alcohol

-Yo te conozco a vos...te gusta...



Sabella, la, la,la, la,la...

Operativo Gratitud:
Antonella, desde su cuenta de tuiter lo reconoció y el Kun, que había filtrado la noticia, dio detalles del operativo que tendrá lugar cuando arribe a Ezeiza el Seleccionado Campeón del Mundo. El micro que lleva a los jugadores no irá a la Casa Rosada, ni tampoco, como originalmente se había previsto, a Tierra Santa. No se irá a agradecer a la Virgen de Tilcara, a cuya venganza se atribuyen los años de sequía. Scaloni ente lágrimas lo admitió: el capitán de la Selección al que supo rodear de jóvenes para que lo acompañen, quiere agradecer a todos y a cada uno de los argentinos tal y como lo prometió en aquella fatídica final perdida contra Alemania. "Si gano la Copa del Mundo antes de retirarme del fútbol voy a chuparle la pija a todos y a cada uno de los argentinos". Así como lo oyen, el sueño cumplido y la promesa adeudada, si bien cada uno de los argentinos querría por el contrario, antes bien, chuparle la pija a Messi en señal de respeto y valoración, será el rosarino quien en el predio de Tecnópolis les brindará una nueva alegría a los varones además de la de reírse de las afrancesadas preferencias sexuales de Mbappé

Desde mi oficina veo a cuatro millones de argentinos gritándome que soy el único pelotudo que labura

Me encuentro con mi viejo y hablamos del Mundial. De las cábalas ridículas le hablo, de los augures romanos y las profecías griegas. Me dice que sigue pasando, que todo el mundo cuando pasa por una Iglesia en el colectivo...es más, antes de jugar lo hicieron los propios jugadores...
Quiso decir "se santiguan" o "se santiguaron". O "hacen la señal de la cruz" o "hicieron la señal de la cruz". Pero en su extrañeza atea ante la costumbre católica dijo:- incluso los jugadores argentinos antes de jugar se crucificaron


Entré a trabajar a una empresa como entrenador alemán de teleoperadores. Me pidieron que sea teleoperador por un tiempito, que necesitan más. Esto supuso en principio una degradación humillante respecto del prestigioso cargo que ocupo y me hacía ir desanimado y derrotista a trabajar. Dos cosas ocupaban mi mente y no eran precisamente el cielo estrellado fuera de ella y la ley moral dentro. Eran que la comida era una mierda y encima las porciones miserables: el trabajo es una precarización pero encima seguramente yo no podría a mis 47 años con una formación humanística y un espíritu zumbón consagrarme a aprender a las velocidades de la plasticidad neuronal de mis compañeros y suculentas compañeras de veinte los tecnicismos informáticos, contractuales y el espíritu psicológico para absorber quejas de alemanes solemnes a los que solemnemente no les anda internet. Pero Messi me cambió el ánimo. El psicólogo del Dibu ayudó mucho al Dibu y por supuesto sin el Dibu no sabemos cuánto podría haber hecho Messi, me alegró más salir campeón por el hecho de no haber no salido campeón que por haber salido campeón. Hay tantas malas noticias en dererredor que soportar perder la final era inconcebible.
Fui con otra actitud, usé mis fortalezas (capacidad de escuchar y consustanciarme con las inquietudes del otro, calidez, empatía, humor), decidí someterme a la esclavitud de mis negreadores, digamos, de mis afrodescendientezadores para decirlo con corrección política, sin someterme a la vez a mi superyoica autoexigencia insaciable. A mi no me gustaba cómo estaba trabajando yo pero no fui más quién para juzgarme., Mis supervisores, team leaders y los encargados de dar los latigazos serían los únicos dueños de crucificarme, yo a mí mismo ya no. Y hete aquí que no solamente dominé el arte de la atención telefónica virtual a alemanes furiosos, sino que empecé a vender televisores y ser considerados un niño prodigio de una materia que me era totalmente ajena y poco atrayente hacía apenas unas horas atrás. Pero el efecto prodigioso del reconocimiento de los demás hace que no importa muy bien el por qué. Si soy el campeón del mundo de los recolectores de basura, soy el campeón del mundo. Eso es lo que evocamos en el obelisco o con la camiseta albiceleste del escudo originariamente Borbón: que en algo alguna vez para alguien fuimos, somos, siempre seremos campeones del mundo. Los budistas los dicen mejor. Y el refrán "Dios está en el adverbio". Si yo me hubiera ido de este trabajo para dar clases de alemán como sé, me habría quedado sin demostrarme a mí mismo que puedo aprender lo que me proponga. Si algo demostró la Selección es que cuando los argentinos que triunfamos en el exterior y somos millonarioos nos unimos para darle una alegría a los muchachos de la Matanza que se cagan de hambre...no era así


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Toda la idea de especularidad con la que se forja el reconocimiento a partir de un otro, esa idea que está en Hegel, en el Hegel creativo y de izquierda que enseñó Alexander Kojeve a Lacán, en George Mead, por supuesto en el Marx que reformula e invierte: no es la conciencia individual la que forja el ser social, sino el ser social el que forja la conciencia individual, terminó jugandome una mala pasada. Ayer tuve un millón de amigos, me robaron el celular, me besaron y abrazaron muchos randoms, como se estila decir ahora, el sentimiento oceánico del que habla Freud en psicologia de masas nos hizo a todos ser uno y entonces me sentí feliz no solo de haber logrado llevar a mi Selección a lo más alto, sino también de haber robado un celular.
Hoy trabajé alineado, alienado, como si fuera un día normal. Ayer millones de Messis por la calle y hoy de nuevo ropa aburrida, variadamente aburrida.
Y voy a la verdulería y veo que en la tele está Messi con la camiseta de la Selección y me asalta una sensación de extrañeza y despersonalización. De decir ¿por qué el verdadero genio usa esta remera de mierda que cuatro millones de crotos borrachos usaban mientras me orinaban?



Resistirse al cambio es resistirse a la vida, le dice a la vendedora de chombas que no me la cambió



Los que hacen metáforas pedorras son el cáncer de próstata de la sociedad

Heráclito recibió críticas presocráticas de fuego amigo


El cantito más oído: -el que no salta...es unb inglés
La figura más idolatrada: el psicòlogo del Dibu (que es un inglés)
Espero que no me consideren una feminista militante exagerada, pero ¿por qué naturalizamos que la figura del semáforo tenga que ser masculina?

Estoy ansiosa para que me pese el médico que me dijo que me iba a pesar...pero no le voy a decir nada, no quiero ser pesada

La que cantó el himno francés ¿era messi soprano?

Le dije al chino que la celebración reunió a cuatro millones de argentinos y me preguntó en qué hotel

Mirtha aseguró que Messi no estaba en el micro
María Aída Marita, Wilhelm Mabuse y 36 personas más
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Todos aplaudimos al psicólogo del Dibu, pero es impresionante el trabajo de refuerzo del yo que está haciendo el psicólogo del psicólogo de Mbappé








Acabo de escuchar (en youtube) a Landrisina contar el cuento pastor al que se le acerca el empresario y le ofrece criar más vacas, comprar una camioneta, tener un tambo, tener empleados, para poder al fin descansar y el pastor le explica que descansar es lo que está haciendo. Y recordé en qué otras versiones lo leí: en Heinrich Böll, en Bertrand Russell ("Elocio del ocio"), en Sartre. Me parece igual de contraste el pastor y el empresario y Landrisina y Sartre, pero Levi Strauss que escribió sobre, digamos, las estructuras elementales del mismo mito en el Amazonas y en pueblos de Nueva Papúa se recogijaba en las diferencias: aquel lo cuenta con un puma que salta desde lo alto, porque en su cultura importa la altura.

Podríamos también poner en serie el asombroso asombro de Heidegger en la Acrópolis con el asombroso asombro de Freud en la Acrópolis-sentido como irreal, resignificado por Lacan como superación del padre-, el asombroso asombro de Marx, el positivista, del progreso indefinido y la nostalgia hacia la Grecia Antigua, la infancia de la humanidad (Grundrisse).
La idea de panteista de que todos vivimos las mismas experiencias esenciales, quizá no jugando empíricamente la final pero sí haciendo algo que los neurotransmisores viveron como equivalentes al cerebro de Messi, la idea de que todo mito es el original, el Fausto de Goethe y el de Thomas Mann, ayudan a que seamos el pastor industrioso: no necesito aprender a leer a Borges, alcanzo el orgasmo intelectual con Richard Bach...
Borges fue el primero en reconocerlo. Dijo que amó aprender escandinavo antiguo y sus sagas pero podrìa haber hallado esa misma emoción si hablara húngaro.
-Podrìas leer a Sartre, A Bertrand Russell en lugar de escuchar a Landrisina...




Yo podría dejar de regatear, sí, pero a qué precio?
Dani Boy Wechs, Roberto Valero y 25 personas más
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