Edison Cavani lee "El Golem"


Edison Cavani me pidió que no le hablara de fútbol. Quería hablar de Borges. Le dije que "el griego" es Platón, que el "Cratilo" es uno de los "Diálogos" de Platón en donde se plantea el nominalismo: que en el nombre está la cosa, por eso Dios dice "Soy el que Soy" y no podemos invocar Su nombre. Puede parecer estúpido, como de hecho le pareció a Aristóteles: tomando distancia dijo "soy amigo de Platón, pero más amigo de la verdad y la diferencia entre la palabra "perro" y un perro, es que la palabra "perro" no ladra. ¡Qué nobleza, soy amigo de Platón pero más de la verdad!" Ya en el mayo del 68 no decíamos "soy amigo de Sartre, pero Arón está bastante en lo cierto", sino "Es mejor equivocarse con Sartre que tener razón con Arón".
El giro lingüistico de Wittgenstein: "los límites de mi lenguaje son los límites de mi mundo" o el dictuum de Nietzsche "Dios está en la gramática" (como lo está Ptolomeo, ya que aún después de Galileo decimos que "sale" el sol); Richard Rorty y su culto irónico al respeto entre lenguajes, Hayden White y su historia entremada con tropos retóricos, Oscar Wilde diciendo que cuando un hombre deja de decir a una mujer que es encantadora, deja también de creerlo: no era ningún pelotudo este Platón a la final.
Karl Popper lo quiso defender desde el racionalismo: el nombre ha de ser el número. Umberto Eco toma el título de "El nombre de la rosa" de este poema y hace otro saludo a Borges con un personaje bibliotecario ciego.
Le explico a Cavani que Shakespeare al poner en boca de Julieta aquella frase, se revela como antinominalista: -Vení a comerme las tetas, Romeo, me chupa un huevo tu apellido(" ¿en qué parte de tu cuerpo está tu nombre?")
Cavani está invisiblemente emocionado, como todo uruguayo. Le pido que lea "El Golem", porque la verdadera poesía solo puede leerse en voz alta.
Probamos y probamos, pero lee todo el tiempo "em", "em" "em": es increíble lo cerca que está de "El Gol" y no le sale...

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