Con permiso vi'a dentrar aunque no soy convidado
Mit Ihrer Erlaubnis werde ich eintreten, obwohl ich nicht eingeladen bin
pero en mi pago un asao no es naides y es de todos
Voy a cantar a mi modo después que haiga churrasquea'o
Ich werde auf meine Art singen, nachdem ich gerindfleischiert habe
Sé que algunos dirán que peco de atrevimiento si largo mi pensamiento pa'l rumbo que ya elegí
ich weiss, dass einige sagen ich sei übermütig wenn ich meinen Gedanken freien Lauf lasse
pero siempre he sido ansí
Aber immer bin ich so gewesen
Galopiador contra el viento es lo que llevo en la sangre
ein Reiter gegen den wind ist was ich im Blut habe
Desde mi tatarabuelo, gente de pata en el suelo
seit der zeit meines Ururgrossvaters, sind Leute die mit blanken Füssen im sand stehen
Fueron mis antepasados criollos de cuatro provincias y con indios mixtureados
Waren meine einheimischen verfahren aus vier Provinzen gemischt mit Indianern.
Mi abuelo fue carretero, mi padre fue domador
Mein Grossvater war Kutscher, mein Vater bändigte wilde Pferde.
Nunca se buscó dotor, pues se curaba con yuyos
Nie suchte er einen Arzt auf, denn er heilte sich selber mit Kräutern
o escuchando los murmullos de un estilo de mi flor
oder, indem er dem Flüstern der Blume lauschte
Como buen rancho paisano nunca faltó una encordada
In jedem guten Bauernhaus darf keine Guitarre fehlen
de esas que parecen nada
auch wenn sie nicht die herrlichsten sind
pero que son sonadoras, según el canto y la hora quedaba el alma asomada
so weitet ihr einzigartiger Klang jede Seele...
Durante el reinado de Klaw y Erlanger, un caballero llamado General Lew Wallace, terminó su obra maestra "Ben-Hur". Esta amenazaba no sólo con ser no sólo el libro del mes, sino el libro del año, y el público lector lo acogió con el mismo entusiasmo con el que una generación más tarde acogería Lo que el viento se llevó. Todo el mundo hablaba del libro, y no sólo hablaba de él, sino que lo compraba a milares. La noticia acabó por filtrarse a Klaw y Erlanger.
En cua nto a tamaño, estos se parecían a Weber y a Fields (Weber y Fields se parecían a Mutt y Jeff, y si no sabés a quién se parecían Mutt y Jeff...Bueno, pues se parecían a Klaw y Erlanger.) Klaw era el alto y Erlanger el bajo. La única variante estribaba en que Klaw, a diferencia de Lou Fields, nunca había metido sus dedos en un ojo de Erlanger para dar énfasis a una opinión.
Cuando terminaron de leer el libro, temblaban de excitación. Telefonearon rápidamente al General y le dijeron que deseaban entrar en negociaciones para los derechos dramáticos. Si estaba dispuesto a cedérselos, añadió Ñlaw, enviaría inmediatamente a Erlanger a la casa del General en Louisville, donde podrían acordar los detalles financieros.
Erlanger era un individuo de aspecto hebreo que ostentaba una pequeña barriga, un costoso cigarro y un sombrero flexible. A la mañana siguiente fue introducido en presencia del General por un criado que tenía exactamente tres años menos que Noé. En comparación, el General parecía un adolescente, aunque por entonces rondaba los setenta años. Era difícil calcular su estatura, porque en aquel momento estaba hundido en un amplio sillón.
Cuando el señor Erlanger entró, la expresión del rostro del General era de una indiferencia que bordeaba lo sobrenatural. Aparentemente, el señor E. estaba habituado a tal falta de cordialidad cuando se trataba de cerrar un negocio, y sensatamente ignoró la actitud del General. Deseoso de no perder tiempo fue al grano de inmediato.
-Me llamo Abe Erlanger y creo que ya sabe usted para qué he venido. Mi socio y yo hemos leído Ben-Hur y creemos que es insuperable. Estamos seguros de que puede convertirse en una gran obra teatral y estamos muy interesados en comprarle los derechos dramáticos. Consideramos que tiene todos los elementos para convertirse en un gran éxito, y si llegamos a un acuerdo proyectamos realizar la carrera de cuádrigas en una plataforma situada en el centro del escenario. Como usted sabe, somos los mejores productores teatrales del mundo y tenemos recursos para presentar esta obra al público con toda la magnificencia que merece este gran libro. Como compensación, estamos dispuestos a pagarle cualquier precio razonable.
El General escuchó el discurso con los ojos cerrados. Por un momento, Erlanger creyó que su elocuencia había hipnotizado al viejo, pero el General acabó por abrir un ojo y miró fijamente al señor E. Luego abrió gradualmente el otro ojo.
-Señor Erlanger-dijo con voz apagada-, ¿ha entendido usted el significado de este libro?. Me refiero, señor, a su significado religioso-empezó a elevar la voz. Este no es un libro para ser llevado a la escena sólo como negocio. Esta es la culminación de toda una vida de investigaciones eclesiásticas, escrita desde lo más profundo de mi alma. Este libro no ha sido escrito unicamente por afán de lucro, aunque-se paresuró a añadir-me doy perfecta cuenta de sus posibilidades financieras. Debo asegurarme de que quienquiera que obtenga el privilegio de llevar al teatro esta historia es un alma gemela. Su concepción del cristianismo debe hacer vibrar en mi corazón una cuerda similar, y hacer que el pagano y ateo comprendan que nuestro Salvador era hijo de Dios.
Levantándose de su sillón, dominó al diminuto Erlanger con toda su estatura. Agitando un dedo huesudo bajo su nariz, el General preguntó:
-Señor Erlanger, ¿cree usted en Nuestro Señor Jesucristo?
El señor E., con tantos años de experiencia en el negocio del espectáculo, raramente se quedaba sin encontrar respuesta, pero aquella pregunta pertenecía a un territorio un tanto alejado de su incumbencia. Momentáneamente sorprendido, se tambaleó de uno a otro lado como un pugilista demasiado confiado que acababa de recibir un golpe afortunado de un adversario inferior.
Finalmente, sacudiéndose para librarse de su estupefacción, contestó con palabras que no sólo desconcertaron por completo al anciano General, sino que, en mi opinión, deberían ser calificadas como una de las réplicas verbales más célebres de todos los tiempos.
General-dijo-, me pregunta usted si creo en Jesucristo. Bueno, con franqueza, no. Mi socio, Klaw, sí, pero él está en Boston.
(páginas 160-2 de la quinta edición en Fábula-marzo de 2000-de "Groucho y yo", Tusquets, Barcelona, en realidad escrito por un negro, un ghostwriter)
Durante el rodaje de Bola de fuego Goldwyn encontró una vez a Wilder en el estudio y le ofreció la oportunidad de hacer con él una gran peloícula. Wilder debía presentarse en su oficina en cuanto tuviera una buena idea. Así que un par de días más tarde, Billy Wilder se presentó en su despacho y le dijo:
-Mister Goldwyn, creo que tengo algo para usted.
Entonces Wilder lo aduló un poco, explicándole que se trataba de un personaje que sólo podría valorar alguien que no se dejara guiar demasiado por los gustos del público.
Pero usted-comentó Wilder-, usted hizo una película con el director Leopold Stokovsky, debería de ser usted el hombre adecuado.
Goldwin miró a Wilder con recelo.
-¿Cuál es el argumento?
-Una película sobre la vida de Nijinsky.
Goldwin preguntó:
-¿Quién es ese Nijinsky?.
Así que Wilder empezó a contarle que Nijinsky había sido el pobre hijo de un campesino que había soñado con convertirse en un gran bailarín. Y se convirtió en un gran bailarín, ya que nadie que estuviera por debajo de la categoría de Igor Stravinsky escribió para él música de ballet, y fue él quien creó la coreografía para la escenificación del Preludio para la fiesta de un fauno de Debussy.
-¿Y la historia?-repuso Goldwyn.
Wilder le contó cómo Diaghilev descubrió a aquel joven campesino, hermoso y fuerte, en la escuela de ballet.
-¿Sabe usted quién es Diaghilev?-le preguntó Wilder a Goldwin.
-¡Ni idea!-dijo Goldwyn.
Diaghilev era el mayor empresario del famoso ballet ruso, vio al joven y se enamoró inmediatamente de él.
Goldwin interrumpió a Wilder:
-Por favor, dígame, ¿Diaghilev era una mujer?
Wilder contestó:
-No, era un hombre.
A esto repuso Goldwyn:
-¿Qué clase de historia es ésta?¿Dos hombres?¿Dos maricas?¡Cállese de una vez, Wilder!
Wilder intentó explicarle que era mucho más que una historia de amor. Le explicó cómo Diaghilev convirtió a Nijinsky en la mayor estrella del ballet del mundo. Y cómo empezó la tragedia, cuando Nijinsky, durante una gira por Sudamerica se enamoró de una bailarina del grupo y se casó con ela en Buenos Aires. Cuando le llegó la noticia a Diaghilev, en San Putinsburgo, se puso como loca. Cuando la compañía volvió, le hizo al bailarín una terrible escena y amenazó con destruirlo. Ahí empezó el declive de Nijinski. Al final, se volvió loco.
Golwyn lo interrumpió.
-Un momento, un momento, hasta ahora tenemos a dos maricas, de los cuales uno además se vuelve loco, ¿y de esto quiere hacer una película?. Tengo una mujer a la que quiero y a la que tengo que mantener y tengo un prestigio que no puedo perder. ¡Cállese de una vez, Wilder!
Wilder le rogó que le dejara continuar contando la historia. Un día, Nijinsky fue internado en el mejor sanatorio de Suiza y allí, llegó al convencimiento de que era un caballo.
Desesperado, Goldwing miró fijamente a Wilder:
-¿Un caballo?
-Sí-dijo Wilder-, un caballo. Por las mañanas, cuando abrían las celdas, salía al jardín y galopaba feliz por él.
Al llegar aquí, a Goldwyn se le acabó la paciencia.
-¡Un caballo que es marica y que galopa por el jardín!¡Acabe usted con esta absurda historia!¡Me está haciendo perder el tiempo!.
Wilder se levantó y salió. Mientras abandonaba el despacho le dijo a Goldwyn:
-¡Esta bien! Si quiere un happy end, mister Goldwyn, tengo una idea. Nijinsky no sólo cree ser un caballo, sino que además gana el derby de Kentucky.
Wilder vio cómo Goldwyn prefigurando a Su, agarraba un cenicero de la mesa y lo apuntó. Tuvo el tiempo justo de cerrar la puerta.
(pgs.98-103 de "Nadie es perfecto", Hellmuth Karasek, Grijalbo,
Es más, la empatía de Wilder se centra, sorprendentemente, en Irma. Es una mujer que primero da a sus clientes lo que ellos creen que quieren, luego, con toda la intención, consigue que se compadezcan de ella, y sube la tarifa en proporción. Irma es literalmente una puta de cinco dólare (un tejano le paga en dólares), peor gracias al patetismo que pone en su trabajo, gana mucho, mucho más. Por ejemplo, al tejano le cuenta una historia falsa según la cual la fuerza aérea de Estados Unidos bombardeó el pueblecito francés donde nació: "Si vieras a aquellos pobres huerfanitos durmiendo en el suelo mientras entra la lluvia, todavía no hay camas, ni techos...". Él le da una propina añadida en forma de cheque de viajero. Esos hombres no le dan propinas a pesar de las historias llenas de desgracias que ella les cuenta. Se la pagan por las historias. Irma piensa lo mismo que Billy: a la gente le gusta sentirse culpable, sórdida, vil y despreciable, sobre todo cuando ha salido a pasárselo bien. Es más, le encanta pagar por ello.
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