Finales en Puan
Estoy en Puan tomando finales y se presenta un millenial de apellido bastante familiar.
Empiezo preguntándole si quiere por un lado responder el módulo filosófico y por otro el literario y me pregunta: -¿por cuál lado, profe?
Entonces le pedí que me hable de la evolución de la literatura española, desde la introducción del soneto endecasílabo con Garcilaso hasta "La Regenta", de Leopoldo Alas Clarín.
Me mira con los ojos muy abiertos, grandes como platos, como el dos de oro y como muchos jóvenes sufren ataques de pánico y temor al examen, le convido agua mineral y lo trato de ir orientando: -¿Recordás que la figura de la Amada inalcanzable es para Dante, Beatrice...para Petrarca es Laura...
-Ah, sí, librazo, "La ciudad sin Laura", me lo obligaron a leer en la primaria, profe
Para animarlo le explico que no está del todo desencaminado, porque dentro de todo me está hablando de un libro y no de un tractor a pistón, pero que el autor de ese volumen es Bernárdez...
´-Sí, re manija mal el flaco con la minita, ven, ardes...
-Y la Amada en Garcilaso, la "pastora" es Elisa, que era en realidad Isabel Freire de Andrade...
-Re: yo trabajé para Andreani y conozco la calle Freire como la pàlma de mi mano-me dice y se mira la mano y se sorprende de que le salió un nuevo lunar
Le pido que se limite a responder a la consigna, porque estoy empezando a perder la paciencia y nunca me gusta corregir mal predispuesto.
Me dice que esa bolilla no se la estudió posta posta pero que puede decirme lo que deduce: que Clarín miente, que la tiene chiquitita, no es Clarazo, el que la tiene grande es Garcilaso, que no es Garcilín.
Me dispongo a bocharlo ipso facto cuando mi adscripta me avisa que hay que aprobarlo porque es el hijo del Rector, que le pregunte algo asequible de Feuerbach, que es la clase que ella le dio, como antecesor conceptual de las categorías marxianas de "clase social".
Le digo: -Feuerbach-y me pregunta -¿flores de Bach?
Suspiro y le pido que me hable de la conciencia de la finitud en Feuerbach.
Me dice que Feuerbach se la veía y era conciente de que no la tenía gruesa.
Así estamos, país...
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