Cuando la depresión ataca a los bomberos
-¿Hola?¿Ya salieron?
-¿Sos vos otra vez? ¡Qué atenta! No hacía falta. Te lo agradezco, de verdad
-Llamé hace media hora. Las llamas consumieron todo el departamento, los estamos esperando con los chicos para que vengan a apagar el incendio
-Yo sé que lo hacen para hacernos un favor porque hace tres meses que no nos llamaba nadie. Gracias. Realmente se ve que nos querés sacar de la depre
-No, no sabía, realmente lo siento mucho. Pero no era para hacerles un favor. Necesito que extingan las llamas.
-No somos buenos bomberos, lo sabemos. Por eso nadie nos llama. Nos lo merecemos. Es hermoso tu gesto pero no tapemos el sol con la mano. No nacimos para esto, ni sabemos por qué nos aceptaron. Hay gente mucho más talentosa, trabajadora y constante. No vamos a engañarnos.
-Pensé que ya habian salido
-Un buen bombero ya habría salido, nosotros nos malentusiasmamos, empezamos a bañarnos y perfumarnos para la ocasión. Hace tiempo que no salimos a una nueva emergencia.
-Necesito que rescaten mis papeles importantes aunque sea, salí desesperada y solo estoy con mis hijos y mis animales de companía. No va a dejar de ser útil si vienen ahora. Capaz sofocan el fuego a tiempo como para salvar algún mueble...
-Solo nos vamos a sentir peor si vamos. Más inútiles. Pero gracias igual. Es algo que estamos trabajando en terapia. Tuvimos padres muy exigentes. De algún modo resultaron discapacitadores.
-Por eso mismo, vengan ahora y los voy a llenar de gratitud...
-¿Por salvar una cajonera de Easy? Seamos honestos: somos el peor cuerpo de bomberos del mundo
-No digas así. No se puede todo en la vida.
-El fuego va a purificar todo. Y en el infierno el fuego va a darnos lo que merecemos. le fallamos a Dios como bomberos.
-Me gustaría poder ayudarlos
-No se puede hacer nada. O se tiene o no se tiene el fuego sagrado...
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