Marilyn y el aborto

 

"Marilyn tomó demasiadas pastillas ayer" (Charly García, "La máquina de hacer pájaros")

Ícono de hombres gay, heteros, mujeres y travestis e inclusive animales (un ciego asegura que siente con el tacto ciertas vibraciones distintas al pasar la yema de sus huevos, digo dedos por sus fotos), el fantasma (en el sentido francés: la fantasía) de la Monroe se niega a desvanecerse del imaginario colectivo y la memoria humana. Uno de los mejores homenajes que se le tributaron lo realizó el director José Luis Garcí en "Morir de cine", quien después de ver "Niágara" aseguró a sus compañeros, internados en una escuela de monjes, que no aceptaba la divisoria entre mujeres de bien y mujeres del mal, o que en todo caso, él sí se casaría con ella, no se la babosearía sólo una intensa noche.

Como quiera que este foro de debates se centra en aspectos maritales, pero también en todos los problemas en torno a la erección y deconstrucción de una familia, y la pregunta del medio millón es cómo resolver el problema del medio millón de abortos clandestinos anuales, ¿quién mejor que la quintaesencia del glamour para aterciopelar una temática que espanta con su sola mención?
Marilyn era más linda que dormir a la mañana, como reza el piropo andaluz y a este respecto quien tiene algo que aclarar es el primero en llevarla a la pantalla grande a la no abortada huérfana Norman Jean Baker, que contrajo primeras nupcias a los quince años con un carnicero de su aldea natal. Como aseveró Marx (Karl) en el manuscrito del 18 de Brumario, los acontecimientos se dan primero en forma de tragedia y despuès de farsa: Woody Allen sería el primero en llevar al cine (en "Stardust") a Sharon Stone (tambièn a Sylvester Stallone, a Mira Sorvino, a Charlize Theron) y el hombruno sex symbol huesudo de los '90 no moriría trágicamente por barbitúricos, sino farsescamente y tan sólo en esencia en "Bajos instintos II". Desde entonces, belleza sólo significa flacura y el fariseismo materialista llevó a que preciosos ojos verdeturquesa (casi digo verdetuquera) estatuarios y quietos substituyeran el vivaz culto al humano movimiento (nadie ha sabido reproducir, ni siquiera por accidental afasia, los movimientos que realiza Marilyn con su boca en "Como pescar un millonario" cada vez que habla...una boca a la cual, podrìamos decir si este fuera el post de abajo, sólo le falta hablar, dado que no se aprendía sus líneas, ni las articulaba bien ni por literalmente puta).

"Se dice que cada hombre lleva un libro en su interior. Esto es casi tan exacto como la mayoría de las generalizaciones. Tomemos, por ejemplo, "Al que madruga Dios lo ayuda". Esto es una paparrucha. La mayor parte de la gente rica que conozco prefiere dormir hasta mediodía y es capaz de despedir al criado si se le molesta antes de las tres de la tarde. Decideme, os lo ruego (esto lo he sacado de Mujercitas),¿qué personas son las que se levantan con el alba?. Policías, bomberos, basureros, conductores de autobus, dependientes y otros de las clases más humildes. No ves a Marilyn Monroe levantándose a las seis de la mañana. La verdad es que yo no veo a Marilyn Monroe levantarse a ninguna hora, lo que es una lástima. Estoy seguro de que si pudieses escoger, preferirías contemplar a Miss Monroe levantarse a las tres de la tarde que ver al más eficiente basurero de tu ciudad saltar de la cama a las seis de la mañana." (p. 15 de la 10ma edición de Groucho y yo, Fábula, Tusquets Editores, Buenos Aires, 2005)

Para el antisemita Chesterton el aborto, inconcebible como discusión, era homologable al suicidio-para muchos inclusive es moralmente más objetable, dado que sobre la propia vida hay mayor potestad jurídica que sobre la ajena. Marilyn tuvo una involuntaria espontaneidad que la hizo única y lo espontáneo-lo sé porque soy alemán-siempre supera lo planificado, siempre es infinitamente mejor, inclusive como en este caso, el aborto espontáneo y el espontáneo suicidio. Salvo "The cyder house rule" (llevado a la pantalla con el mejor plano del culo de Charlize Therón de la historia bajo el título de "Las reglas de la vida" con Oscar de reparto a Michael Caine) y "Colinas como elefantes blancos" de Hemingway (impecablemente comentado por Kundera en "Los testamentos traicionados"), la literatura desdeña, hasta donde yo conozco, el tema, y los noticieros lo sindican invariablemente a lo macabro y se encargan de acompañar cualquier informe con la música de "Psicósisis".

Ahora bien, el aborto surge por no otra cosa que el embarazo espontáneo y por la desproporción que existe entre lo liviano y compulsivo que es hacer el amor y lo diversamente exigente que es criar a un nuevo ejemplar humano (accidents make people). No deberíamos olvidar al tratar este tema, que toda la gravedad escabrosa proviene de la celebrada ligereza del flirt y que lo siniestro (si es que lo hubiere) está como el dios Abraxas de "Demian" contenido ya en el anhelo de introducir o ser penetrada por el aparato uritogenital de apuesto caballero bien parecido. La prolija divisoria de aguas entre el encanto de la seducción y el horror estéril de la interrupción de la preñez debería desmantelarse. No sé si alcanzará nuestro necrofílico voyeurismo marilynáceo. Invocaré, por las dudas, otras magnas sombras tutelares:

respecto de lo desdibujado de las fronteras vaporosas, Schopenhauer lleva la indeterminabilidad a la vida y la muerte misma: vida y muerte (idea hinduísta) son una y la misma cosa, cada instante vivo muere, como lo cita Borges "la vida no es otra cosa, que muerte que anda luciendo" y como lo dice -vamos a ser demagógicos-Gardel "vivir es morirse soñando mentiras/vivir es un sueño que cuesta la vida": el suicidio en Schopenhauer no es un error como para Kant por no ser considerados para con los familiares y el Estado, sino porque lo que el suicida anhela se consigue saliendo del juego de falaces opuestos vida-muerte y abstrayéndose de la "voluntad" (designación de la impersonal y ciega fuerza bruta animal INVOLUNTARIA) mediante el conocimiento-
*Artaud tiraba abajo-bien abajo, porque abajo está la verdad-la platónica dualidad del cuerpo y el alma, considerando que el punto de conexión está en el cuerpo y todos hemos llegado alguna vez a la paradoja de que la eternidad está en el momento (yo tengo una novela inédita intitulada "Mientras dure este cigarrillo, te voy a amar toda la vida): sobre el particular continúa Groucho en el apartado "¿Por qué lo llaman amor cuando quieren decir sexo?": "No hay dudas de que el sexo es la fuerza responsable de la perpetuación de la raza humana. Si no existiese, la vida desaparecería en pocas décadas, lo que tal vez no fuese mala idea. Creo, sin embargo, que el verdadero amor aparece sólo cuando se han amortiguado las primeras llamaradas de pasión y quedan sólo las ascuas. Este es el verdadero amor, que guarda sólo una relación remota con el sexo. Sus partes integrantes son la paciencia, el perdón, la comprensión mutua y una gran tolerancia hacia los defectos ajenos. Creo que ésta es una base mucho más firme para la perpetuación de un matrimonio feliz. Pero ¿por què he de divagar acarca de esto?. Pongámoslo todo en manos del maestro, GBS (Shaw, para tí), a quien cito: "Cuando dos personas están bajo la influencia de la más violenta, la más insana, la más ilusoria y la más fugaz de las pasiones, se les pide que juren que permanecerán contínuamente en esa condición excitada, anormal y agotadora hasta que la muerte los separe".

Valery jugó con la idea de escribir no una historia de la literatura, sino del Espíritu-que se va sirviendo de diversos intrumentos: Bernard Shaw fue uno(quien anticipó los peligros del fruto de la unión entre un genio y una beldad: ¿y si sale con mi belleza y tu inteligencia?), Groucho otro y Woody fue habitado en ocasiones, o al menos eso quiso, por esa misma chistosa e impertinente "attitude". Casualmente en su ùnico encuentro, Woody le preguntó a Groucho "maestro ¿cuál es el secreto del humor?" y Groucho minó todas las teorizaciones arduas y gélidas de Bergson y Freud, operando otra borradura del criterio de demarcación: -"Lo que sea que haga reír, papá".

A su vez, Lubitsch, maestro del humorismo de las antípodas, el que trasmuta todo lo que toca en caricia (con el peligro que esto conlleva, pregunten si no a uno de sus padres, Oscar Wilde, hijo de otro nihilista disfrazado de epicúreo, Mark Twain) engendró a un engendro, Billy Wilder, parado en el interregno de los "esplendidos destellos de vulgaridad" y el arte de lo indirecto y el double entendre. De él tomaremos las anécdotas que hoy son el mascarón de proa del alegato a favor del sexo por popa:









-Vi a Marilyn Monroe, por primera vez, a principios de los años cincuenta. Fue durante un fin de semana, una tarde en casa de un conocido. Jugábamos con unos cuantos amigos al gin rummy. Formaba parte de la partida el agente Johnny Hyde y era él quien la había llevado. Estaba sentada en una esquina, a un lado de nuestra mesa de juego, modosita y tranquila y esperaba pacientemente a que Hyde terminara la partida. Seguramente duró una hora. Al final la Monroe y Hyde se fueron juntos.
Mentiría si dijera que ya entonces me llamó la atención. En aquella época, tenía el aspecto que tenían las chicas jóvenes cuando acompañaban a alguien a jugar cartas. Claro que era guapa, pero no resultaba tan llamativa que no se pudiera apartar la vista de ella. Se convirtió en una belleza fuera de lo corriente en la pantala, allí era única. Retrospectivamente debo decir que nunca he conocido a alguien que pudiera ser tan mezquina (utterly mean) como ella. Pero tampoco a nadie que quedara tan maravillosamente bien sobre el celuloide, y esto incluye a la Garbo.
Sin embargo, aquella vez, al verla, las manos no me temblaron a causa del nerviosismo que me causó su presencia, de modo que no pudiera seguir jugando a las carts. Además, soy un convencido d equ ela mayoría de los hombres no se deja distraer cuando está jugando. creo que el noventa y ocho por ciento de todos los jugadores de cartas, si tuvieran que elegir entre una mujer y una partida de cartas, sabrían qué elegir: la partida de cartas. Y ni se lo plantearían si se trataba de la propia esposa.Pero también de otras. Se puede jugar "antes" a las cartas o "despuès".
Durante toda mi vida me he imaginado cómo podría hacerme rico gracias a un invento muy especial, gracis a un invento para "despuès". Por supuesto el sexo es lo más importante, esto no se cuestiona, pero lo más difícil es el "después". El diálogo es penoso, se plantean preguntas absurdas como: ¿qué piensas ahora de mí? o ¿me quieres de verdad?¿tanto como antes?.
En lugar de todas estas preguntas, sencillamente habría que pulsar un botón. Al instante el colchón giraría 180 grados, la dama con la que estabas desaparecería, mientras que en el otro lado del colchón aparecería una mesa de juego con cuatro sillas, tres compañeros de bridge, las cartas ya estarían repartidas...

(mezcla rara de "la mujer ideal es la que después se transforma en pizza" y "cagar es mejor que coger porque no te tenés que quedar media hora abrazando al inodoro"n. del t.)

Como se sabe, "La comezón del séptimo año" es, a un tiempo, la peor película de Wilder y la imágen más famosa de la Monroe, malamente remedada por la francesa "Un elefante con una trompa muy larga"-y su respectiva remake yanqui "Una chica al rojo vivo" y bella y mucho más eróticamente homenajeada por Patrice Leconte en "El perfume de Yvonne"(sin bombacha). Es una escena que prefiguraría los reallity shows, del mismo modo que "El arte de amar" de Ovidio es un libro de autoayuda avant la lettre. Su única predecesora es el mítico espectáculo público protagonizado por Marte y Venus (o Ares y Afrodita) cuando cayeron en la red y exhibieron su composiciòn del animal de dos espaldas delante de otros dioses y mortales inmortalizados :




"Yo había sido admirador de su marido, Joe Di Maggio, mucho antes de conocerla a ella. Era mi ídolo. En 1941 tenía un record que hasta ahora no se ha batido: 56 victorias en 56 partidos seguidos. Era un caballero. Una vez, cuando fui a buscarla y tuve que esperar, los dos mantuvimos una fantástica conversación sobre béisbol, y no sobre su mujer o sobre cine.

Con su otro marido, con Arthur Miller, no hablé nunca. Tenía la arrogancia que la gente de la Costa Este manifiesta contra Hollywood, despreciaba el negocio del cine (...)
Joe Di Maggio estaba en Nueva York cuando rodamos la escena de la boca de ventilación del metro en la Lexington Avenue y desencadenamos aquella inimaginable aglomeración de gente. Él estaba unas cuantas manzanas más allá, con un amigo, el broker de New York George Solitaire, en un bar. El columnista Walter Winchell lo arrastró hasta el lugar de rodaje, donde DiMaggio no sólo tuvo que oír a aquella multitud y escuchar sus exclamaciones obscenas o sus gritos de aliento, sino que también vio (tuvo que ver) lo mucho que Marilyn disfrutaba de auqel baño lascivo en las multitudes. Reconozco que yo también me hubiera puesto ligeramente nervioso si veinte mil personas hubieran estado observando una sola cosa: cómo mi mujer se levantaba las faldas por encima de la cabeza. La ironía quiso que tuviera que tomar primeros planos de la escena en el estudio. la ventilación del metro no proporcionaba suficiente aire, ni siquiera cuando instalamos un ventilador adicional.



Marrilyn y mucha gente de mi equipo vivían en el hotel St. Regis de Nueva York y al día siguiente me contaron las ruidosas escenas que hubo entre ella y su marido por culpa de la secuencia de la boca de ventilación en el metro. Pero de todas formas, el trabajo con ella ya en aquella época no era fácil. Estaba tomando, por lo menos eso me contó su compañero de reparto Tom Ewell, cantidades enormes de pastillas; en lugar de presentarse a los estudios a las nueve, se presentaba a las once. Utilizaba entonces excusas como una colegiala (el despertador no ha sonado..., el paso a nivel estaba cerrado...).


Otra versión: "El número de personas que participaron en la producción de La comezón del séptimo año se disparó cuando el obtuso pero laborioso Harry Brand, jefe de publicidad de la Fox, informó a todo el área metropolitana de Nueva York de la llegada de Monroe el 9 de septiembre. Fue un gran golpe, al menos en cuanto a publicidad se refería. Pero cuando cientos de personas se presentaron en la primera localización donde se iba a rodar, la película corrió peligro (esperar a Perón en Ezeiza, un poroto). No se trataba de que uno o dos transeúntes perdidos reconocieran a una estrella de cinemaquillada y trasnformada, era un pandemonium. Billy empezó a rodar las escenas en un apartamento alquilado de la calle Sesenta y uno Este, donde hubo que levantar una barricada a ambos extremos de la manzana para mantener alejada a la muchedumbre. Aun así, el nivel de ruido era tan alto que la película tuvo que rodarse sin sonido, éste hubo de añadirse más tarde en el estudio. Cuando Marilyn se presentó para un rodaje nocturno en una rejilla del metro cerca de la esquina de Lexington Avenue con la calle Cincuenta y uno, Di Maggio cometió el error de pegarse a ella como Tommy Lee Jones a Pamela Anderson filmando Baywatch (18 de Brumario).

La tercera versión de "quién fuera baldosa" y "Cé la vie":



"Había más de cinco mil personas esperando para ver las piernas de Marilyn", afirmaría más adelante Billy: "y bajo la rejilla, los técnicos que manejaban el ventilador se dejaban sobornar con jarras de vino que les ofrecían algunos simpatizantes que querían ver a Marilyn desde abajo. Filmamos la escena varias veces. Aquello no salía bien. La multitud se estaba poniendo nerviosa, pedía autógrafos. Todo se volvía muy molesto y a Di Maggio no le hacía ninguna gracia que su mujer saliera a subasta como en una exposición-
El plano que quería Billy era uno de Marilyn de pie sobre la rejilla del metro dejando que el aire subiera bajo su falda. Requirió unas quince tomas antes de que le saliera bien, mientras la multitud aullaba: ¡más alto, más alto!. DiMaggio, que contemplaba desde un lado cómo la muchedumbre intentaba vislumbrar la entrepierna de su mujer, estaba mortificado. Salió para Los Ángeles a la mañana siguiente; el matrimonio prácticamente había acabado."

La escena merecía recordarse porque según Levi-Strauss, Marilyn es el pasaje del culto al pecho al culto a las piernas, si bien debemos citar dos alegatos en favor de las glándulas mamarias de la diva, a despecho de su primorosa y tiránica vahitler :

"Parte, al menos, de la legendaria discusión de Monroe con Tony Curtis ("besar a Marilyn es como besar a Adolf Hitler") parece haber tenido su origen en sus celos mutuos. El diseñador de vestuario Orry-Kelly tuvo la malévola ocurrencia de señalarle a Monroe que "el trasero de Tony es más bonito que el tuyo"-"Ah ¿sí?" replicó la Monroe, "bueno, pero no tiene tetas como éstas" (momento en el cual se abrió la blusa y lo demostró).
p. 512 de Sikov, Ed, Billy Wilder, Vida y época de un cineasta, Tusquets Editores, Barcelona, 2000

"Todavía hoy me acuerdo vivamente de una escena en la que Marilyn baja las escaleras en camisón, para llegar al piso climatizado de Ewell, que está durmiendo. Llevaba un camisón y yo creí ver un sujetador debajo.
-Nadie lleva sujetador debajo del camisón-le dije-, le mirarán los pechos sólo porque los realza con su sujetador.
-¿Qué sujetador?-me preguntó. Cogió mi mano y la puso sobre su pecho. No llevaba sujetador. Sus pechos eran un milagro de forma, firmeza y una pública resistencia contra la fuerza de la gravedad"
p.328 Karasek, Hellmuth, Billy Wilder, Nadie es perfecto, Grijalbo, Barcelona, 1993


Pasamos ahora a lo álgido:
"A pesar de todo, a veces podía ser extraordinariamente desconsiderada. Si lo hubiera sido conmigo me habría molestado. Pero desahogaba sus humores y ataques con gente indefesa. Una vez que la esperaba en el plató con trescientos extras y mandé por décima vez a un segundo ayudante a su camerino donde ella estaba sentada leyendo "Los derechos del hombre" de Thomas Paine, le cerró en la cara la puerta: -go fuck yourself!
Otra vuelta, estalló: -¡No voy a seguir trabajando en esta mierda de película hasta que Wilder vuelva a rodar mi escena inicial otra vez!. Cuando Marilyn entra en una habitación nadie quiere ver a Tony Curtis interpretando a Joan Crawford, quieren ver a Marilyn: así que Wilder rodaba hasta que la Monroe quedaba bien, independientemente de si Tony Curtis iba perdiendo fuerza y expresividad.
Una mañana se presentó ante mí Arthur Miller bastante nervioso y me rogó que permitieraa Marilyn marcharse a casa a primera hora de la tarde, a causa de su embarazo.
-Pero, Arthur ¿cómo quieres que lo haga?. Casi nunca puedo rodar antes de las tres. ¿Qué hace ellas por las mañanas?.
Miller me miró desconcertado: sólo podía decirme que cada mañana, a las siete, ella salía de su bungalow."

Al tener que enfrentarse a una chica embarazada en la propia polícula, Wilder y Diamond, decidieron deshacerse rápidamente de Sugar, escribiendo una corta escena (...)Como señaló Diamond, el de la actriz había sido un embarazo de falopio, condenado desde el principio.

Intercambio epistolar:

"Querido Billy: No puedo dejar sin respuesta su vergonzante ataque a marilyn. El médico de Marilyn le hizo saber que debido a su embarazo, no estaba en condiciones de trabajar todo el día. Usted no se inmutó e ignoró esta evidencia mientras la película se seguía rodando. Y lo que es todavía peor, en su ataque ha olvidado mencionarlo. La verdad es que ella, debido a su sentido de la responsabilidad, no sólo personal sino también frente a usted, el equipo y los productores, siguió rodando. Doce días después del último día de rodaje, tuvo un aborto. Ahora que usted tiene en las manos el éxito que le debe en gran parte a ella, y también tiene garantizados sus ingresos, su ataque resulta despreciable. Sus chistes, Billy, no son lo suficientemente graciosos como para borrar de la faz de la Tierra estos hechos. Usted es injusto y además, cruel. Mi único consuelo es que, a pesar suyo la belleza y humanidad de ella salen a la luz como siempre ha sucedido.
Arthur Miller"

"Querido Arthur: el mundo es pequeño y tiene muchos oídos perspicaces. Desde los primeros días del rodaje, cuando se filtraron los primeros rumores sobre el comportamiento absolutamente falto de responsabilidad de Marilyn, me vi presionado por periodistas de Londres, Paris y Berlín para que manifestara mi opinión. Los eché, los evité, les mentí. Naturalmente lamento profundamente que ella perdiera el bebé, pero me veo obligado firmemente a rechazar la acusación de que, de alguna u otra manera fuera responsable de ello el exceso de trabajo o un trato desconsiderado por mi parte o por parte de alguien que tuviera algo que ver con la producción. La verdad es que la compañía la envolvió en algodones, la protegió y soportó cada uno de sus estados de ánimo. La única persona que mostró una falta de consideración absoluta fue marilyn con sus compañeros de trabajo y colaboradores, desde el primer día, antes de que hubiera ni el menor signo de embarazo. Sus retrasos crónicos y su falta de preparación nos costó dieciocho días de rodaje, cientos de miles de dólares e innumerables infartos. Ésta fue mi segunda película con Marilyn y yo comprendo sus problemas, pero su mayor problema es que ella no entiende los problemas de los demás. Si hicieran una encuesta relámpago entre el equipo y el personal sobre el tema Marilyn, se encontraría una enorme falta de aprecio. Y si tú, querido Arthur, no hubieras sido su marido, sino su guionista y director y hubieras estado sometido a todos sus indignos malos tratos, la hubieras mandado de patitas a la calle con su "termo de café" (lleno de gin) y la asistencia de la Strasberg para evitar tener un ataque de nervios. Yo opté por lo más valiente y tuve la crisis nerviosa"

La justicia poética quiso que Miller tan sólo dos años después tuviera que experimentar en carne propia las dolorosas experiencias de Wilder cuando se llevó al cine su obra "Misfits": Resultado: el divorcio.

Dejemos las últimas palabras a Billy Wilder, porque mi médico me está dando parches escriturario y quiere que deje de escribir tan largo, me recomendó que me pase a los aforismos:
"Existen más libros sobre Marilyn Monroe que sobre la Segunda Guerra Mundial. Hay una cierta semejanza entre las dos. Era el infierno, pero valía la pena."

(para mañana: ¿es cierto que Playboy ofrece 20 mil dólares al Subcomandante Marcos para despojarse del pasamontañas?)

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