Sin ónimo de ofender

 En "Los testamentos traicionados" Milan Kundera tiene un ensayo en contra de los traductores de Kafka. Les imputa reemplazar con sinónimos, con pruritos periodísticos, palabras que Kafka repite.

Un diario puede sentirse llamado a decir "Hoy el Presidente volvió a decir una reverenda pelotudez pero más tarde nuestro Primer Mandatario se enojó con los que decían que está equivocado y replicó el Jefe de las Fuerzas Armadas por Twitter que si estuviera loco no podría estar conversando con Napoleón en una alfombra mágica"
En ese sentido específico, si se parece Rulfo a Kafka. Nos trasmite lo árido repitiendo pocas palabras pobres.

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