"Culpa cero" iba a ser una serie, pero quedó como fuera de serie


"Culpa cero" es la segunda película coguionada y codirigida por la cocorita Valeria Bertuccelli.
Quienes aman al personaje de "Un novio para mi mujer", quienes sientan interés por explorar aristas oscuras del temperamento y del alma van a descubrir aquí mucho más de cuanto pone sí esta actriz que encarna el papel de una escritora de libros para la superación personal.
Entre actores se puso de moda llamar "el monstruo" al otro yo del Dr. Merengue, al costado malvado o psicópata, egoista o en parte lúgubre y en parte lóbrego, que son dos palabras que me caen igual de bien y no sé qué quieren decir pero no me decido por una de ellas.
Nos encontramos con una propuesta cuyo recorrido deja de ser lineal porque no se trata tanto de elementos exteriores como de la pintura de cada personaje, sus reacciones ante aventuras menudas. La armazón del argumento es una gran revelación y tiene estructura clásica con nudo y con desenlace, pero eso es solamente la cáscara y es un escudo de comedia sobre cuya plataforma se abren camino las miserias tanto en el sentido inglés como en el sentido castellano.
Las actuaciones son desparejas. Cecilia Roth, excelente, Valeria Bertucelli, impecable, la debutante Justicia Bustos comete varios pecados que parecían incompatibles entre sí, hace de lla misma pero sobreactúa si bien lo compensa siendo una fiesta para los ojos.
Algunas escenas parecen haber nacido para el guión no solamente de una lúdica improvisación con plena química entre las actrices: parecen improvisadas con solvencia en la filmación.
La música es atípica: ilustra pasajes de la conciencia de la protagonista.
En definitiva: es original, está actuada con potencia, mezcla géneros pero con coherencia, nos pinta de cuerpo entero un personaje nada heroico, que van a disfrutar quienes se identifiquen con una visión hobbesiana del ser humano.
No es estridentemente feminista, muestra la hipocresía nada sorora de las amistades entre mujeres. Que la protagonista tan odiosa sea judía podría tomarse en otra época menos antisemita como antisemitismo, no es una película que va a electrizar al gran público, pero quienes tengan la posibilidad vean los cinco minutos en los que actúa el mayor de los talentos con su gracia y sus ideas: Fabi Cantilo. Es un momento altísimo de la peli y logra a la vez hacernos reír y reflexionar.

 

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