"Gulosa" la termina estirando como chicle sin alcanzar el resultado de "Envidiosa"


 "Gulosa" marca el ocaso de esta comedia romántica que cambió la historia de la ficción audiovisual argentina.

Una Griselda Siciliani que la rompía toda con las dos temporadas de "Envidiosa" y la descosía en "Soberbiosa" nos había dejado enamorados y con inoportunas erecciones en "Lujuriosa". Esperábamos si no encontrarnos con el rabioso magnetismo de "Iracunda", ni la ominosa textura de "Omisionosa", sí al menos con algo más generoso que en "Avariciosa". Un ritmo algo más frenético que en "Perezosa".
Pero "Gulosa" con sus largas escenas de comida chatarra, craving, antojos a las 3 AM, un Esteban Lamothe que se come la escena y de nuevo una muy deliciosa Lorena Vega aunque solo tenga un bolo (el alimenticio) no llega a terminar de resultar digerible. Si bien es incisiva y mordaz y habla sin pelos en la lengua-lo cual explicaría su falta de gusto, dado que las papilas gustativas residen en los pelillos-hay mucho de pastiche, de ensamble, de ensalada. Como si a las excelentes ideas de al principio se les hubiera dado vuelta la tortilla. Tampoco es pan comido lograr un nivel tan apetitoso de entretenimiento, no es ninguna papa. Pese a lo nutrido del grupo de realizadores, esta entrega resulta bastante menos dulce, menos rica, con menos salero, con poca pimienta...carece de los condimentos de las anteriores. No quiero tampoco escribir com leche hervida, pero da la sensación de que se les cortó la mayonesa y que el bizcochuelo no leva. Algo esperable si sabemos lo judío que es Suar: su padre era Hazán, cantor de sinagogas, el pan ácimo era su alimento más que Isaac Asimov.
Reconozco como loable el esfuerzo actoral de Griselda, habiendo engordado 578 kilos para el papel, no aceptando que se truque su gordura por efectos computarizados, accediendo a que Esteban Lamothe en las escenas de alto voltaje erótico use un doble de cuerpo porque si el actor que lo sustituía no pesaba el doble, ella lo aplastaba, pero el resultado deja un sabor agridulce por no decir semiamargo....
Algo que después del éxito de "Envidiosa" entre los intelectuales más encumbrados como por ejemplo Alexandra Kohan, https://www.revistaanfibia.com/envidia-mon-amour-diez.../, hizo de "Lujuriosa" un lujo fue que las referencias fueran eruditas. Violeta Urtizberea cita "El secreto de Offenbach" en el capítulo 4, aquella olvidada joya de Itzban Szabó, en el 6 de "Soberbiosa" la hija del dueño del restaurante chino menciona el Urfaustus de Goethe. Si bien eso ahuyentaba al gran público, nos tantalizaba y mesmerizaba a los snobs que ya por decir "la soireé" nos creemos que mejor que Suar ¿eh?
En "Gulosa" el saludo al protagonista de "El encargado" y su "a comeerla" no produce efectos similares. El episodio en que Victoria come pizza en pala ("En pala gozo") resulta un montón. Además de no abordar la temática de los mandatos que sufre la mujer para mantener un cuerpo antropométricamente atractivo, por momentos la serie bordea el mal gusto.
Estoy seguro de que para la ya contratada precuela, "El complejo de Adipo" el elenco va a remontar y recuperar el altísimo nivel que mostró en "Envidiosa". Al menos eso es lo que se puede esperar en el terreno de la ficción.

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