El milagro de la señora Maisel

Elogio "La exquisita Sra. Maisel" a una amiga troska que empieza (¿inesperadamente?) a decir que es una serie que no refleja los verdaderos problemas tal como se nos presentan a los seres humanos en la vida real.
¿Por qué no? Una comediante talentosa que sin haber tenido nunca que callarse nada, carece de habilidades sociales para evitar criticar a comediantes inferiores es lo que, mutatis mutandi, le pasó a Sócrates, que no se daba cuenta de cuánto hería con su superioridad a los rivales. Es lo que le pasó a Juana de Arco pasando por encima de todas las autoridades porque su misión era tan divina que no sospechaba las piedras que la malicia pone en el camino. Y si no te identicás con la protagonista, al revés, podés decir que por envidiosa y resentida "muerde la mano que le da de comer", frase un poco torpe, dado que solo se puede morder la mano que nos da de comer, solo se puede cagar a la madre y estafar al amigo, ¿cómo hacés con desconocidos? Hay que haber habilitado cierta confianza.
Mi amiga me dice que nunca se ve que tengan el problema de llegar a fin de mes.
En la serie se ven muchas crisis económicas y proyectos que fracasan colosalmente, pero supongo que mi amiga requiere inanición, gente por debajo de la línea de la pobreza, como la había en "Los Miserables" que tampoco le gustó opinando de Cosette que me tengo que coser la boca antes de volver a mencionarla.
Me pregunto si quienes asistían obligados por el Estado a las tragedias griegas bostezaban diciendo "yo no tengo el problema de que quiero enterrar a mi hermano ¿cuándo Antígona va a ocuparse de los verdaderos problemas que tenemos las mujeres hoy en día para conseguir un buen jabón para lavar la ropa?
Brecht se propuso crear un teatro donde al poner en evidencia los recursos y al no respetar el verosímil el espectador reflexionara distanciado de toda identificación, libre de la catarsis aristotélica. En una de sus piezas, al condenado a muerte le llega la amnistía pero explicitan "esto pasa porque es una obra de teatro, aclaremos".
Sin embargo por torpeza de los artistas previos, el distanciamiento se produce por parte del espectador muchísimas otras veces.
Por ejemplo mi amiga, que se pregunta si EEUU es una tierra de oportunidades para todos incluso para quienes quedaron desacreditados, cómo es posible que tantos personajes arruinados revivan.
Le menciono a Trump, a Tyson, solo para empezar con la letra "T". El humor de esta serie combina la rapacidad y pugnacidad urbana newyorkina de los sesentas con la vieja tradición del humor judío. El sarcasmo por momentos es gloriosamente acariciador. El nieto del profesor de matemática-en la quinta temporada-no está en la sección de quienes hacen cuentas más rápido, ni de los que construyen hoteles para mascotas, ni de los que leen un libro por mes y van a representar la obra, sino en el grupo de los felices. Chicos que soplan una corneta y dan vueltas a una mesa.
El abuelo está indignado: -Soy un catedrático prestigioso, no puede ser que mi nieto sea feliz.
La hipocresía norteamericana con la que se enmascara la incompetencia premiando a todos con una mal entedida buena intención de estimular, degrada acá el lugar de la "felicidad" al mismo de la "dignidad" y ser "buena persona".
Si nos preguntaran de sopetón cuáles son los valores más importantes para la existencia en tanto seres humanos diríamos que más importante que ser inteligente es ser buena persona, cosa muy rara, y que más importante que amasar una gran fortuna o alcanzar mucha fama es el modo de lograr las cosas siendo digno.
Y sin embargo es cuando nos están por presentar un adefesio, un bicho, lo que se dice bagayo es cuando nos aclaran: -es una excelente persona.
O-¿buen mozo? Mirá muy churro que digamos no es, es... "digno"...
Cabe preguntarnos cuánto de distanciamiento no brechtiano hay en el hecho de que la convención de un género impone por ejemplo un final feliz y sin embargo el público íntimamente sepa que no podía sino terminar bien, pero es un final falso.
Una antigua pieza teatral británica muestra a un soldado francés a punto de violar a una lady. Ella trata de resistirse y se desmaya. Él la ve desmayada y se retira (en realidad no podría violarla en una obra de teatro inglesa no censurada). Ella asume que fue violada y la trama se desarrolla a partir de esa presunción de su parte, mientras se va enamorando del soldado francés que la respetó.
Toda obra requiere un conflicto, nos entrreguemos a la historia o no, tiene que haber un nudo, un desenlace, incluso el género documental sigue las reglas de una narración entretenida.
Me temo que el tipo de obra realista que le gustan a mi amiga troska son como el milagro del rabino.
-Muchos de ustedes se la pasan contando milagros que hizo nuestro rabino pero son todas referencias de a oídas, de terceros y de testimonios lejanos. Yo, en cambio, les voy a contar una cosa que vi con mis propios ojos, no me la contó nadie, fui testigo presencial. Una madre sollozante y desconslada abrió la puerta bruscamentey le trajo al rabino en brazos a su hijo agonizante, bañado en sangre, que acababa de ser atropellado por una moto: con un hilito de voz le rogó transida por el dolor que lo haga vivir.
-¿Y lo hizo vivir?
-No, el pobre chiquito murió
-¿Y cuál es el milagro?
-No, pero yo no dije que hubiera milagro, dije que eso lo vi con mis propios ojos...

 

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