El mundo es bastante equilibrado: la mala leche tiene la nata y Lanata siempre tuvo mala leche

 




Veo que ante el fallecimiento del gran periodista Jorge Lanata hay voces que se alzan recordando sus presuntas faltas.

La miseria humana no tiene límites: Jorge Lanata nos lo mostró más que nadie.
Cuando alguien muere, aunque sea por la manera imbécil con la que trató su cuerpo, es indispensable reconocer sus virtudes.
No cualquiera puede ir a una zapatería y exotorsionar al zapatero, pidiendo que le regale zapatos o publica una nota en su contra. No digo que me hubiera gustado ser un periodista corrupto al servicio de Mefistófeles y el Tártaro, manipulando sistemáticamente la información, pero hay mucha gente que ha aspirado a serlo y solo un grande como el creador de Página/12, Revista 23, Historia de los argentinos, La Hora 25, la sueca que grita "Lanato"y el que logró que la ex le done un riñón, llegó.
Puede gustarte o no que deje en la calle a los periodistas que contrató cuando su proyecto fracasó, pero usualmente cuando alguien hace eso paga consecuencias terribles y él gracias a su astucia y su gran inteligencia se aseguró siempre la impunidad.
Tal vez no estemos del lado de quienes extienden cheques sin fondos y pagan con dólares falsos, pero hay millones de estafadores que lo intentan y terminan mal.
No es para todos un ejemplo a seguir, pero hay que reconocer que para quienes quisieran seguirlo, fue un ejemplo difícil de seguir.

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