It's ok to be a late bloomer as long you don't miss the flower show (Jane Fonda, ayer al recibir el premio)

So let's be brave...
La presentó divinamente la actriz de Seinfeld colmándola de halagos para concluir con un gran chiste: -Dejá de ser tan perfectita hdp, nos hacer quedar para el culo (you make us look like shit).
Recuerdo haber leído las divertidas memorias de Roger Vadim, sucesivo novio de Brigitte Bardot, Jane Fonda y Catherine Deneuve.
Muerto de risa, disfrutando casi como si estuviera entre sus sábanas.
También muerto de risa por el cinismo burlón con el que en París, Vadim satirizaba el feminismo militante de Fonda.
Qué poco escuchamos los hombres. Queremos durarle para toda la vida a una mujer y no nos interesa enterarnos cuál es la causa que la va a movilizar toda su vida...
Make no mistake. Emphaty is no weak or woke...

El discurso de arenga que dio ayer Jane Fonda nos recuerda lo que siempre quiso expresar Henry James de la superioridad moral-de la bondad íntima mayor-del norteamericano bruto por sobre el sofisticado europeo.
El pueblo de guerreros, de máquinas que todo lo sacrifican a matar, el que preparó Bismarck y observó con admiración en su visita Churchill, fue derrotado finalmente por el pueblo de zapateros, por el pueblo de peluqueros, por el pueblo de actores.
Salvo las arengas de Churchill, el we shall never surrender, desde Roosvelt regalándonos una de esas bellas frases con metalingüística, la del "no tenemos nada que temer, salvo al temor en sí mismo", la retórica del idealismo norteamericano (no estoy defendiendo su macropolítica) apela a nuestras fibras íntimas más épicas, más estoicas y más nobles, con más agallas y el corazón grande en su lugar.
Porque son tiempos de resurgimiento alarmante y sombrío de las derechas más insensibles y es tiempo por consiguiente de poner los huevos en el mismo canasto, evidentemente.
Highlights para quienes no oyeron: empieza con la reivindicación de la fuerza interior, del temple volcánico inextinguible refiriéndose a ganar un lifetime achievement, que es como que le cosan la mortaja con lo sexy que estaba todavía besando a Robert Redford en "Descalzos en el parque". Dice "sus aplausos me hacen sentir menos que saludan a la gran diva que se va, que SALÍ A ROMPERLES BIEN EL ORTO, NENA". Bromea al recordarnos el recorrido de su sorprendente carrera dicendo que a los 90 va a ser sus propias escenas de riesgo. Y después: está bien ser una de esas personas que tardan en florecer, siempre y cuando no te pierdas la exposición de flores...Recuerda la persecución del maccarthysmo, a Billy Wilder resisitiendo...y reivindica el importante papel de actuar en comunidad, de acompañarnos en momentos en que se nos hace bullying insólitamente por nuestras virtudes y no nuestros defectos, por nuestra capacidad de consustanciarnos con los sentimientos del otro.
¿Alguna vez viendo una película sobre San Martín cruzando los Andes se preguntaron tendría yo las pelotas de hacer eso, con gastritis, con una órden de Rivadavia de asesinarme, con pumas rodeando los glaciares donde el caballo si trastabilla me convertirá en mi propia estatua?
Bueno, nos llegó la oportunidad,qué alegría, qué emoción, ya no vamos a tener esa incertidumbre, ya no es una pregunta metafísica, una discusión bizantina, una especulación contrafáctica. No estamos en un documental: Trump nos va a traer una tormenta destructora de daño diverso tan enorme que tenemos que tener los huevos para resistirlo, tenemos que acoger en una carpa muy grande y muy bienvenidora a personas que no piensan como nosotros pero con las que podemos compartir una imagen inspiradora del futuro para con los vulnerables...Como dijo la novelista Pearl Cleague "Del otro lado de la conflagración todavía va a haber amor, todavía va a existir la hermosura y va a haber un oceano de verdad para nosotros en el que zambullirnos, nadar, pegarnos un chapuzón, refrescarnos los huevos"
¡Huevos!


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