¡Los SS nos obligan a admirar a Sebastian Salgado y no a Susan Sontag!
Ha muerto a los 81 años el sociodocumentador fotógrafo Premio Príncipe de Asturias, Sebastiao Salgado de quien Susan Sontag en "Observando el sufrimiento de los demás" opinó que fue "un fotógrafo especializado en la miseria mundial" y, por lo tanto, "incentiva la desesperanza...".
Sontag menospreció su obra al criticar su calidad "cinematográfica", negando la capacidad de la foto para conmover genuinamente al espectador contra la violencia y el despojo capturados en el encuadre.
El reproche es técnico: es como decirle "efectista" a Spielberg por subestimar la inteligente sensibilidad refinada del espectador.
La causa moral le parece bien. Sontag solo considera que la humanidad es capaz de mayor sutileza que la que Salgado le atribuye.
Nadie va a dejar de reverenciar a Salgado. Podemos aprovechar la oportunidad de recordar de paso a Sontag, una crítica de arte siempre jugada, muchísimas veces equivocada.
Me gusta más constatar la increíble cantidad de veces que se pasó varios pueblos la pelotuda adorable de Sontag, copiando a los franceses, creyendo que se puede llegar a una erótica del arte libre de toda hermenéutica, que solemnemente lamentar la partida de Salgado, que nos exige lo imposible al no haberse equivocado jamás...

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