Alejandro Magno y la China Suárez
Hoy sabemos que tanto Alejandro Magno como Napoleón murieron envenenados.
Hitler sobrevivió a dos atentados y decidió suicidarse, matando primero a Blondi, su perra ovejera alemana. Pidió ser enterrado en cal viva para que nadie apresara su cadaver. Stalin, desconfiadísimo, logró exhumarlo y reconocer su mandíbula, que guardaba en un cajón de su escritorio como trofeo.
Patton, el valiente estratega genial que Eisenhower quiso benficiar lo más que pudo, fue muy políticamente incorrecto y maltrató a soldados enfermos a los que, a la manera de José Ingenieros, consideró, fingían.
Se lo acalló.
Pero decía lo mismo que el Churchill que perdió ya en la paz las elecciones. Hemos vencido a los nazis pero debemos luchar contra el stalinismo, rearmemos a Alemania.
De Gaulle en tiempos de paz, tras caminar hasta Paris como Napoleón para hacerse del poder, para evitar el socialismo, pierde el poder tras el plebiscito.
Churchill, sorprendentemente, vuelve al poder. Fue su propio Goebbels en artículos incendiarios. Sus canchereadas sostuvieron el ánimo y la dignidad de una Gran Bretaña aislada, mucho menos navalmente acorazada que contra Napoleón y llena de conflictos en su seno íntimo ansiosos de pactar.
Solemos asociar el discurso altivo, el colmo del charme y la elegancia a lo francés, lingua franca de la diplomacia.
Churchill sostuvo a De Gaulle para que Francia tuviera su dignidad, cuando cayó como un pato sentado, en la expresión inglesa, frente a los tanques alemanes.
Cabe aclarar que De Gaulle había escrito un libro, cuya tirada fue de seiscientos ejemplares, recomendado renovar la artillería mediante tanques de guerra. No lo leyó nadie en Francia. Sí, un hombre en Alemania, un cabo que ganó la Cruz de Hierro pero no fue ascendido "por falta de dotes de liderazgo": Adolf Hitler.
Alsina escribió "la victoria no da derechos": el Pacto de Versalles fue tan usurero y leonino que solo podía, como advirtió Keynes, provocar la II Guerra Mundial.
De modo que con Alejandro Magno, el brillante estratega que nunca perdió y con Napoleón, que logra que Hegel lo llame "el Espíritu a caballo" y trate de asimilar a un individuo genial al determinismo histórico podemos creer en el libre albedrío. La Segunda Guerra Mundial iba a suceder, más allá de quien fuera gobierno. Mussolini inspira el movimiento masivo fascista y Hitler lo imita: con eficacia alemana, salvándolo de cada desastre militar y hasta liberándolo de un secuestro.
Podemos ser tecnócratas y analizar los resultados de esta conflagración mundial en base al armamento. Hitler asoció la bomba atómica a Einstein y la desechó: -son ideas judías.
Einstein pidió a Roosvelt crear la bomba nuclear antes que los alemanes. Esto decide todo.
Curiosamente el bueno de Roosvelt es un político y odiamos a los políticos. Einstein es científico y amamos a los científicos.
Samuel Goldwin nos deja siempre epítetos de su supina estupidez que superan las agudezas de Voltaire en gracia. Lee sobre el desarrollo de la bomba de plutonio y dice: -it's dinamite!!
Churchill, todavía interlocutor consultado, accede entusiasta y aplaude la bomba nuclear.
No se le informa a Stalin del desarrollo de esta bomba.
Roosvelt muere, tras haber simulado tener mejor salud de la que tenía. Su heredero es informado del desarrollo de esta bomba a los pocos días de asumir la presidencia. Vemos aquí que no hay margen de maniobra: cambia el presidente, no puede cambiar la política.
La URSS tiene mucho poderío en su espionaje. Escandalosamente eficaz. Un caso sintomático es el águila radio espía que es recibida como regalo por parte de rusos boy-scout.
La única manera que tiene EEUU de ganar la guerra fría es asumir que está siendo espiada y empezar a informar con falsos parámetros provocando desastres en la ingeniería soviética.
No deja de ser una ironía que el Hollywood de los años treinta, la edad de oro, el nacimiento de los estudios, funda el american dream con inmigrantes del este.
No fueron los puritanos emigrados de Gran Bretaña los que le dan la fisonomía religiosa a EEUU: son ideales lituanos, ucranianos, rusos con sus cuentos de hadas y su cándido idealismo quienes hacen de los primeros films una educación sentimental, una épica del western, una ética que puede prescindir de la complejidad intelectual.
Nada de esto puede dar respuesta a por qué hoy la China Suárez no le respondió en las redes a Benjamin Vicuña.
Podemos pensar en que a Icardi no se le paró la primera vez que estuvo con ella y que ella le dijo a Wanda que se quede tranquila porque no consumaron el animal de dos espaldas. Recuerdo haber brindado para el Ministerio de la Mujer una conferencia sobre Borges. No me pagaron bien, salvo que me garantizaron las prostitutas. Una de ellas me dijo que Icardi en virtud de su meteórico ascenso no pudo perder el tiempo con una chica de barrio y solo se enamoraba de gatos. Le dije que los meteoros descienden pero me dijo que había estado con Icardi y que Icardi no sabía que existían mujeres que preferían hacer cursos y a las que les dolía la cabeza. Me dijo que si prefería hablar de Saulo de Tarso a aprovechar el bucovaginal incluído en el turno, ella creia que fue una explosión en lal caldera de Santorini la que terminó con Creta. Le pregunté si sabía que Napoleón tenía arsénico en su cuerpo. Me dijo que probablemente fue Talleyrand, que se daba cuenta de que era como Cristina...
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