Eichmann e Israel
Otra proeza histórica del Mossad: la captura del autor intelectual de la Shoá.
Adolph Eichmann es reconocido en Argentina, en la casa de la calle Garibaldi por Joseph Lothar, padre la chica que corteja el hijo del Ministro de Asuntos Judíos.
Eichmann había sido nombrado experto en judaismo por Hitler por haber sido el único que leyó el libro de Theodor Herzl.
Los primeros intentos de librar a Alemania de los judios hechos por Hitler se limitaban a deportarlos. Miles de rabinos daban listas de judíos a Eichmann que daba visas. La noción de "colaborar con Eichmann para evitar un mal mayor" por parte de los rabinos nos suena hoy a broma macabra.
El único socialismo exitoso, el antisemitismo, mostraba que otros países europeos tampoco querían a los judíos. El propio Roosvelt, conservando la neutralidad, deja que el barco St. Louis con judíos que pretendían desembarcar en EEUU se hundiera.
El plan de llevarlos a la isla de Madagascar resulta infructuoso, por más que hoy nos parecería de lo más humanitario.
Finalmente, Eichmann idea la denominada "Solución Final" de acuerdo al cual se gasearía a los judíos con ayuda del gas Cyclon B y ayuda de IBM para los censos. Hitler no tenía población de sobra: su falta de genio militar se manifestó más que nunca y siempre por priorizar su ideología desquiciada.
Con la venia del "Papa de Hitler" ayudados por Iglesias cómplices los nazis escaparon.
El caso de Eichmann es sorprendente. A diferencia de Bin Laden, a quien sorprenden en su casa y descubren que veía porno, el responsable de la Shoá trató de seguir trabajando en diversos intentos: criar conejos, despachar un kiosko. Su último trabajo es como operario de Mercedes Benz.
Que un ex prisionero de un campo de concentración en Dachau ¡ciego! lo haya reconocido nos permite dudar de la visibilidad del mal, la misma que Leonard Cohen poetiza preguntándonos si esperábamos colmillos y garras. Lo cierto es que los agentes israelíes que no confían en que el gobierno argentino ayudaría en lo más mínimo lo secuestran y se asombran de que sea un tipo normal.
El mismo asombro que lleva a Hannah Arendt a acuñar la noción de "la banalidad del mal": un burócrata gris que repite slogans y no es sádico. Documentos ulteriores, denunciados en el admirable libro "La banalización del mal", desmienten que esa valiosa noción pueda aplicarse a este individuo perfectamente conciente y malvado.
En su defensa durante el juicio en Jerusalem, Eichmann alegó haber actuado siguiendo el imperativo categórico kantiano. Esto ha permitido un libro infame del cínico filósofo francés Michel Onfray en el que ve en Kant orígenes del nazismo.
Lo simpático o inofensivo que resulta, inspira a George Steiner su libro "Portrait of A.H in San Cristobal" en el que Hitler es apresado pero se defiende brillantemente alegando que tres judíos con su superexigencia hicieron mucho más daño a la humanidad que un ocasional Holocausto: Jesús, Marx y Freud.
Tras haber arribado a Argentina con ayuda de un funcionario del gobierno de Perón, Eichmann es llevado a Israel durante el gobierno de Frondizi como un paciente al que deben atender.
El Mossad carecía de presupuesto suficiente y no pudo atrapar también a Mengele.
Eichmann alegó siempre obediencia debida, como los demás jerarcas nazis en los Juicios de Nürnberg. Sin embargo, en el marco del juicio en la cámara de cristal, asombró a filósofos como Hans Magnus Enszensberger. Los mejores filósofos alemanes se volvieron a ocupar con el problema del Mal, como los antiguos teólogos y Leibnitz.
Era el responsable de asesinar a seis millones de personas pero amablemente pedía permiso para ir al baño. Decía que tenía que ser juzgado en Argentina o en Alemania: -No maté a nadie, solo organicé transportes.
Israel consideró importante hacer de este juicio un mensaje a todos los demás nazis escondidos, si bien no hubo muchos más atrapados ulteriormente.
Robert Duvall accedió a hacer de Eichmann en una de las muchas versiones fílmicas de este acontecimiento único en la historia: sabía que Eichmann solo podía ser explicado también por lo simpático que resultaba.
No conocemos estrellas de Hollywood capaces de sacrificar su imagen semejantes.
Nadie visita la histórica casa que habitó en San Fernando: Argentina no explotó turísticamente este suceso porque considera haber hecho un triste papel en todo el asunto.
Es otra de las operaciones del Mossad eficazmente ejecutadas, sin informar a nadie al pedo, ni siquiera a la CIA, recordándonos que este país pequeño e indefenso, rodeado de enemigos, vive gracias a un servicio de inteligencia mucho más sofisticado que todos los demás.
Tras 16 años de lograr esconderse, Eichmann es conducido a un proceso legal en el que se lo escuchó, se le brindó un abogado defensor y se lo juzgó con justicia civilizada y democrática.
Sin duda no habría Isarel sin el Holocausto. Sin duda no hubiera habido Holocausto sin Eichmann...
Valentina Cruz
"Que un ex prisionero de un campo de concentración en Dachau ¡ciego! lo haya reconocido nos permite dudar de la visibilidad del mal", sublime.
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