El cine futbolístico
Así como el apogeo de la popularidad de la denominada NOVIA DE AMÉRICA, Mary Pickford data del advenimiento del cine sonoro, el ocaso de Brad Pitt se remonta al año en el que el Chiqui Tapia impone el cine futbolístico. Brad Pitt, adorado por su belleza, no puede decir nada del River de Gallardo ni del Boca de Russo. Enfrentado a explicar la ley del off-side decide armar su película despedida en la cual actúa con Tom Cruise y Leo Di Caprio contra Nanni Moretti, John Casavettes y Ernst Lubitsch, que terminan redondeando una goleada histórica.
El cine futbolístico marca en Argentina el fin de Ricardo Darín, ídolo de sucesivas generaciones, incapaz de declamar la formación de Platense ante Rómulo Berruti.
Impulsado por plataformas como Netfoot y Amazon Plate, el cine futbolísitco resulta un golazo para el público pero le cose la mortaja definitiva al cine iraní, a la nouvelle vague, al expresionismo alemán y last but not least, al DOGMA NOVENTA Y CINCO, que cae derrotada frente a ITALIA NOVENTA, con el gol de Caniggia a los brasileros.
Así como el excelente musical de LOS MISERABLES eclipsa a la novela de Victor Hugo y aún a su película, el documental LA BARRA BRAVA DE ALL BOYS acalla a Victor Hugo Morales, relegándolo a nostálgico extrañador del cine Gaumont.
Salvo Mel Brooks, que hace CINE SONORO, con Marcel Marceu relatando un Rácing-Independiente, nada corta la hegemonía del cine futbolístico, que se lleva puesto, incluso al Dustin Hoffman de TOOTSIE, CENTROHALF que trata desde el fútbol femenino de lograr una supervivencia anacrónica.
A quienes siguen con tozudez obscecada pidiendo un retorno al cine sonoro, cabe decirles:no cazás un fúlbo
Comentarios
Publicar un comentario