Presos por cinéfilos

 Todos saben que Gus Nielsen es como una madre para mí y que yo soy tan cinéfilo gracias a la temprana educación danesa recibida.

Cuando llegué una vuelta a casa de ver La vida de los otros, llegué convencido de que era buena-ya en ese entonces para pagarnos el arenque yo daba clases de alemán y sopesaba no tanto la calidad fílmca como la posibilidad de que mis polluelos y mis amigas de la polla pudieran aprender alemán viendo esta peli.
Con amantísima consideración, mamá me sentó sobre sus rodillas, acarició mis entonces largas trenzas y me explicó qué increíblemente pelotudo ingenuo puedo llegar a ser si creo que así son los espías. Entonces alquiló Portero de noche y abrí los ojos.
Tal vez ustedes crean que mi madre es más que nada una destacada jugadora de ping-pong o una arquitecta reputada. El hecho de que haya ganado el Premio Clarín no es argumento suficiente como para asegurar que mamá no debe escribir bien. Pero les aseguro que ver pelis con ella, oyendo sus comentarios, su risa, viendola cry buckets cuando se emociona tan cuerito flojo, es una experiencia de esas que cuentan ustedes sobre cogedoras.
La única vez que saber tanto de cine y amar las películas le trajo problemas a mi mami fue cuando el asesinato del profesor de contabilidad que era vecino nuestro. La policía nos consideró sospechosas, nos vino a interrogar. Ya en ese entonces Riquelme robaba y debería estar preso con grilletes así que amábamos la posibilidad de un noveau roman con Alain Robbe-Grillet. La cana nos exigió confesar dónde habíamos estado la noche de la víspera en el momento del crimen. Le explicamos que fuimos al Metro a ver EL AÑO PASADO EN MARIENBAD. Busqué las entradas pero se ve que las había tirado. No teníamos testigos. Entonces la gorra nos dijo que nos creía, que nadie guarda las entradas de cine, que no hacía falta que nos desesperemos por que nos creyera. Que simplemente demostráramos que habíamos visto esa peli contándole de qué se trata.
Un mes en la cárcel pasamos, ahora nos reímos al acordarnos y lo celebramos comiendo la pizza de Burgios, la de Cabildo y Monroe, la que tiene platos de metal...
En algún momento del pasado contesté el cuestionario sobre cine que me mandó mi amigo Luis Bardamu. Lo republico porque sigo eligiendo las mismas películas.
Le agregaría, nomás, esta pregunta: ¿Cuál es el monstruo más grotesco que vio en el cine? Respuesta: el cerebro con cola de "Fiend without a face", que lo único que tiene de bueno es haber sido un antecedente del espermatozoide de la estufa en "Erasehead". He dicho.

Gustavo Nielsen
Me traés tantos disgustos, hijo. No sé si te traje al mundo para sufrir, o qué mierda. Y bueh.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Envidiosa

David Lynch murió inexplicablemente en homenaje a su hallazgo de lo inexplicado

NO SOY UNA FOCA AMAESTRADA (in memoriam Beatriz Sarlo)