Harrison Ford, buena madera
Debemos a un contrato leonino que tuvo Tom Seleck y a una intuición súbita de Spielberg, que Han Solo fuera el escogido para encarnar a Indiana Jones, que inspirará a James Bond, que jamás accedió al sueño incumplido de Spielberg de dirigir una película de Bond.
Con un título de filósofo y una breve carrera en la televisión con papeles secundarios, Ford se consagró por motivos económicos a la carpintería, su fuente de manutención que le permitió escoger papeles y así hacer AMERICAN GRIFFITH con George Lucas. No sería hasta mucho después, con Michelle Pfeiffer y el Zemeckis esperando que adelgace Tom Hanks para filmar la segunda parte de NÁUFRAGO, con Peter Weir en TESTIGO EN PELIGRO, con Riddley Scott en BLADE RUNNER, con Polanski en FRANTIC, que sabríamos qué flor de actor es este moderado carpintero que creíamos de madera. Basta con ver en SEIS DÍAS, SEIS NOCHES su composición de un borracho para entender que Jim Carrey nos resulta como más vistoso, pero que la credibilidad no pasa por el histrionismo frenético.
Bond no pudo sostener a Connery. Superman sostuvo a Reeve hasta que Reeve se hizo cargo del guión de la cuarta entrega y arruinó toda posibilidad de una quinta. BATMAN solo sostuvo dos entregas de Michael Keaton, fastidiado con el guión paupérrimo de la tercera. Pero no es posible imaginar a otro que a Ford para el papel de Indiana Jones, y en ese sentido, la saga es una excepción en la historia.
Un actor que George Lucas considera perfecto porque no es ni demasiado desagradable ni demasiado lindo pasa por efecto de los éxitos a tener lo que Kissinger llama el mayor afrodisíaco, el poder. Es deseado por las damas y admirado hasta la imitación por los caballeros: odiarlo, no lo odia nadie.
Si hemos de encasillarlo en la clasificación que ensaya Hitchcock, separando a James Stewart como serio y a Cary Grant como cómico, sin duda está más del lado del primero. Es el americano moralista que tal vez no sea tan inteligente como el europeo taimado, de acuerdo a otro prejuicio, esta vez de Henry James.
Un actor poco reconocido como actor al ser tal estrella múltiple, que nos recuerda el valor de la sobriedad y la emoción contenida.
Fernández Pereyra
De acuerdo todo, excepto en que no es demasiado lindo: es lindísimo Harrison Ford, bombonazo. Y si como hombre heterosexual soy capaz de decir eso, no quiero pensar una mina hetero o un hombre gay.
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