UNA VERSIÓN HITCHOCKIANA DE SUSPENSO La mila desaparece
Llevando al termotanque al veterinario
El termotanque estaba preñadito, era termafrodita
Sabina Madeo
Tus chistes son bien buenos porque son bien malos 
No tenía derecho a ofenderse porque le pedí plata, papá. Que ya está jubilado y que yo debería mantenerlo a él. No se da cuenta de que son otros tiempos. La cosa está complicada ahora. Veinte mil pesos la docena de empanadas y mis alumnos que me cancelan a último minuto la clase y no la pagan. Pareco la leyenda bíblica de Anas y Caifás, soy el máximo exponente de la teoría del derrame. Un perrito hambriento esperando que le conviden las sobras, pero el perro mendiga, pone carita, no tiene la dignidad de arrebatar, de tomar lo que es suyo como hombre. Soy como esos taxis que te pasan al lado despacito susurrando que estás cansado como para esperar el colectivo, invertí unos mangos y llegás al toque a casa calentito, acá como un boludo, como un pulpo invisible del Conicet mirando a la familia peruana con todas esas papas fritas y esa milanesa con huevo frito y panceta en el patio de comidas del Abasto , en la esperanza de que no se la terminen. Claro que el taxi a mí no me franelea, yo no tengo apuro por llegar a mi fría casa que ni horno ni estufa ni agua caliente tiene, más calentito está el banco de piedra de la plaza Karen Reichard.
Como quien especula qué pasajero se baja antes y deja libre su asiento, me aposté frente a esta familia porque el más chiquito es muy raquítico, muy flaco escopeta, no va a poder terminarse su plato. Pero veo que es morfeta. Lo espío mientras simulo mirar stories y reels. Las de limpieza me ven la intención, sentado sin siquiera una botellita de agua, no importa lo bien vestido que estoy, soy como Chaplin fingiendo decencia y dignidad desde el hambre. Papá sabe que le voy a devolver la plata y si no se la puedo devolver es porque no puedo, no porque no quiero. Es culpa suya también, jamás se calentó por enseñarme a cambiar un cuerito, todos los arreglos de la casa los podría haber hecho yo. O al menos algo de calle y de viveza para no caer en la estafa del albañil de vanguardia que me dijo que el último grito es romper la cuarta pared. Diez o doce años a lo sumo tendrá el pendejito de mierda cautriojos, no entiendo dónde le entra tanta comida, le roba papitas del plato del hermano, si llega a quedar algo, con mi leche, seguro se lo llevan. Aunque sea debí aceptarle unas galletitas y un café al viejo, quise mostrarme despreocupado y ocupado, apurado y diligente, ahora tendría otra moral kantiana si tuviera algo en el estómago. Al Imperio de Chacarita debería haber ido,ahí dejan no solo pizza y fainá, te podés ligar restos de moscato, no estar perdiendo acá mi dignidad, relojeando a los del balde de pollo frito, que ese sí que no se lo termina nadie pero tengo que atravesar como cien metros y abandonar la vigilancia de la mila. Qué pocos autores de la literatura describen el hambre, Knut no sé cuánto, Jack London, la autobiografía de Arthur Koestler y después, el remilgue de Proust no es hambre, mandarse seis putos tomos por el aroma de una magdalena. Y en cambio cuánta comida, regada con un buen vino en Salgari, bocadillos parisinos de Maigret, el pollo con la mano en Auster, los opíparos platos de Monsieur Bovary...debería ser sartreano yo, debería darme náusea la sola idea de pensar en comer lo que deje un desconocido, en cuya saliva puede haber más bacterias que en los geitales de mi última conquista, a los que solo puedo acceder con preservativo lógico, preventivo, salvático. Aquí debería ponerme un preservativo en la boca y trasladar lo que queda de mila en un buche cual pelícano hasta casa y desinfectarla. La coquita sí que no se la va a terminar, va a explotar y salir rodando si no, se va a elevar a los cielos como la gorda de Willy Wonka y eso que la pidió sin hielo. Qué irresponsabilidad la de esta familia, se ha patinado treinta y nueve mil pesos en esta pseudocena de diez minutos, los guisos que se pueden hacer con esa plata, verduras y alitas de pollo o pata muslo hervido y te queda el caldo. Se ve que la guita les llueve, deben ser narcotraficantes, el rentismo de siempre, cuando te llega fácil, perdés el sentido del valor del dinero...A todo esto se levanta la viejita del wok...yo sabía que era frugal, está a dos pasitos, puedo ir, simulando que hablo por teléfono con el editor de Siglo Veinte, ver si dejó pescadito junto al arroz con salsa de soja, llevarme los grisines y volver a tiemp...vieja hija de mil...tiró todo a la basura, no voy a revisar la basura delante de todos, tendría que hacer como que se me resbaló el reloj...es un buen reloj, acá en el Once lo podría vender...pero es pan para hoy y hambre para mañana con la perspectiva de que ya no me dan ni la hora...no, mejor conservar la compostura y esperar a que el mocoso llorón se atragante y deje aunque sea la punta que tiene el quesito gratinado. Pensar que fui a un colegio privado, mis compañeros no podrían creer que estoy haciendo el ayuno intermitente hasta que alguno de estos consumistas burgueses angurrientos deje algo para los más intelectuales...Debo ser el más pobre de mi camada, salvo que a Cristian lo mató la cana en un tiroteo tratando de robar autos, eso sí que es estar peor, con todo lo que lo admirábamos porque en el baño de hombres le dio un beso en la cachucha a Gabriela Meier en cuarto grado, mirá si seré caído del catre que me lo contaron y me imaginé que en el pantaloncito blanco de gimnasia le dio el beso, no desnuda.
La lengüita le pasó. De un bocado se la engullió toda.
No puedo creer que ese nene sea así de bestia.
Bueno, ya me tengo que volver, esperar acá sentado a que me caiga un bocado es lo mismo que hago siempre con la mujer que me gusta, es la misma siniestra promesa salvo que gastronómica y no erótica. Me faltaba dar este pasito de degradación y mendigar morfi, el pasaje al pecado de la gula desde la lujuria ya lo dio la grey, que se ufana de garchar a lo pavote pero siente culpa por las harinas.
Ojo que quedo más distiguido así flaquito, hasta puede que me entre un vaquero de Alfio, que me dijo que estaba por tirar y si lo quería...Más agarrado ese Alfio, hasta lo que tira quiere que alguien aproveche, es incapaz de ser desprendido como yo...
Ayer a la mañana abrí los ojos y vi que seguía lloviendo. Cacé el teléfono y llamé a amigas y ex amantes y dije:-SIN DUDA NO SOY EL ÚNICO VARÓN QUE TE CONSIDERA UNA DIOSA...TE PIDO QUE HAGAS QUE DEJE DE LLOVER.
Las reacciones fueron muy dispares y casi sirven como Test de Rorschach para ver cómo es la personalidad de cada una.
La más viva, exitosa y popular me dijo que lamantaba no poder complacerme, que le había prometido a sus plantitas sacarlas al patio.
Otras son más complacientes, más femeninas.
La mayor me dice que sus poderes con el tiempo fueron desfalleciendo y que va a hacer lo posible. Hay mucho encanto en la femenina minusvalía de coquetear con que ahora tiene sus años, pero recuerdo que cuando era una pebeta, la posición one down era porque es demasiado joven, etc.
Otra me dice que le de un día. Va a hacer dejar de llover en un día para mí. Es de la vieja escuela de pedirle al rey que no le corte todavía la cabeza, que le conceda un año de gracia en el que va a conseguir enseñarle a hablar a su caballo. Sabe que el que gana tiempo tiene todas las esperanzas, no solo la de que el rey muera, incluso hasta la de que el caballo termine hablando.
A una a la que le agrego al pedido ayuda para encontrar trabajo y ya que estamos novia, se le ocurre que es más fácil hacer nevar que conseguirme novia hasta tanto no tenga plata como para invitarla a tomar un café. Le explico que el problema es que me gustan siempre demasiado chetas, que toman el café sin torrar, que es más caro.
Podría copiarles aquí las diecises ingeniosas respuestas, de pretendidas y queridas amistades que muestran la magia de su arte de flirtear aunque solo sea esgrima verbal que no daña a nadie, ni siquiera al marido. Pero solo lo haría para que me ayuden a determinar con quién me tendría que quedar y eso no preciso preguntárselos porque la respuesta la tengo: me quedo con la que realmente me encanta.
Que es a la que no me animé a mandarle el mensajito...


Comentarios
Publicar un comentario