El inmortal Coliseo fue bastante improvisado

 La curiosa historia del Coliseo, que debería inspirarnos como inspiración muy bien elaborada, fue en realidad una apresurada improvisación.

Nerón y el incendio y la rápida sucesión de emperadores imprevisados muy comparables a nuestra sucesión de presidentes tras de la Rúa, Puerta, Rodrigez Saá y Duhalde termina en un Vespiciano que construye el Coliseo: Galba se opone a Nerón, Otón lo asesina, Vitelio lo derroca y Vespaciano lo vence.

Con la ayuda de su hijo Tito, derrota a los hebreos y cuenta con el saqueo a Jerusalem y decide convertir lo que era exclusivo de Nerón en el 75 después de Cristo en algo accesible a todos los romanos.. Es el famoso tiempo de la erupción de Vesubio sobre Pompeya y Herculano. Tito no conquistó nada, su padre tampoco, a diferencia de sus antecesores emperadores. Lo que decide Tito es inaugurar El Coliseo.

Este anfiteatro que es hoy atracción turística fue sucesivamente utilizado para luchas entre gladiadores y fue salvado por Papas como testimonio de territorio de martirologios.

Hoy ya no se conserva la estatua de Nerón, hecha como megalómana narcista estatua que remedaba al coloso de Rodas.

Nos gustaría dar una lección moral referida al Coliseo, nos gustaría decir que para erigir una obra inmortal hay que trabajar con sacrificio y paciencia, pero fue construido en solo ochenta días.