Brigitte Bardot, un culo al que solo le faltó NO hablar


Suele decirse que Marilyn fue icónica porque murió joven. Lo mismo podría decirse de Jesús, aunque en realidad, en el caso de Jesús tendría más sentido. Si Cristo hubiera muerto, no en la cruz, sino a los noventaipico protegiendo animales como San Francisco de Asís y Brigitte Bardot, no habría cristianismo.
La muerte de Bardot nos enfrenta a una verdad como un templo: Marilyn fue ícono por su deslumbrante belleza durante su juventud y después podía seguir viva, dedicarse a alguna causa noble-la reforestación del Amazonas-declarar cosas infames sobre su hijo siendo un tumor, sobre el mee too siendo un movimiento de calientapijas histéricas y daba todo lo mismo.
La verdadera Brigitte que duelaron este domingo era la joven de esos rasgos simétricos y armónicos que solo según Roland Barthes son una construcción cultural y solo según Simone de Beuvoir tenía vista de espaldas un aspecto andrógino.
No cabe hablar de la que la sucedió. Porque con su belleza muerta, aunque cometiera delitos-tuvo multas sucesivas que pagar-no era el símbolo sexual, sino su heredera, si bien con el mismo nombre y número de documento y cierto agravante para inconductas en virtud de su responsabilidad por ser una figura pública aunque hubiera perdido la figura.
Esta extraña modalidad de corrección política que ahora abomina la cancelación justiciera de los inmorales, permitiría decir que mientras fue nuestro amado acuarelista, el demiurgo que pinceló postales de Viena, el pintor Adolfo Hitler nos trajo belleza y alegría y juzgarlo por lo que hizo después es de infames cobardes resentidos y envidiosos. Antes no se perdonaba lo que hacía alguien por más que lo hubiera hecho en el último acto. Leemos todas las genialidades de Althusser para entender exhaustivamente a Marx pero sin poder olvidar que asesinó a su esposa.
Y sin embargo esta inesperada escisión entre la alegre frescura de Bardot joven y "tengamos un manto de piedad caritativa sobre la que sobrevino" parece realmente insinuar que Brigitte Bardot no fue estúpida durante toda su vida.
Quien lea "Iniciales B.B" o la autobiografía de su mentor, Roger Vadim, que primero logró que le tomaran una prueba de cámara pero no convenció al director-"abre demasiado la boca, muestra demasiado los dientes", comprende que la humanidad pudo amar a Bardot-reconozco que ya de niño babeaba al ver su foto-sin tener que reconocerle un coeficiente intelectual elevado. La humanidad amó a Rintintín y a Lassie y a Mr. Ed y no llegó a amar al chimpancé que la NASA envió a la luna porque volvió medio alterado y violento. A Bardot escindirla entre una genia de la física cuántica y la bondad infinita durante su primera mocedad y una recalcitrante retrógrada seguramente por gagá es la peor manera de partirla al medio como durante tantas décadas quisimos. Unirla a los animales amados es hacerle verdadera justicia. ¿No amamos a nuestros michis?. Quizá sea porque tenemos la suerte de no escucharlos opinar sobre política.
Acentuar la feminidad, mostrarse bobalicona y cambiante, aniñarse, tener caprichos infantiles, mohínes abebotados: de todo esto se ocupan todas las actrices, las modelos, las Xipolitakis, las Jelinek y aún las que no lo son, pero como panaderas o enfermeras o vendedoras de ropa descubrieron que al ego masculino, o a alguna parte más ancestral y física, le aumenta la atracción hacia la chica el hecho de que parezca tonta. Con esto de que nos calienta más la boluda, no me refiero a la boluda que prende fuego la casa, si bien ciertamente nos calentaría. Hablo de cierta aparente ingenuidad, de la mandíbula floja de la que habla Camille Paglia refiriéndose a las amantes de Bill Clinton. Todo esto motorizado por lo que Carolina Tobar García en "El niño mogólico" explica científicamente: dado el rol asignado a una esposa, nos cuesta mucho más llegar a enterarnos de que es síndrome de Down, cosa que detectamos rápidamente en un varón.
Los intentos de suicidio, los cambios de humor, las obsecaciones-¿cómo me van a hacer pretender que haría el amor con alguien tan horrible como Jean-Louis Trintignant?-le reprocha a Vadim poco antes de abandonar a Vadim enamorada de Trintignant, nos hablan de una mente no muy brillante.
Se me dirá: "Brigitte Bardot se hizo conocida por su deslumbrante belleza, incluso antes de aparecer en DIOS CREÓ A LA MUJER, los fotógrafos la preferían perseguir aunque no estuviera invitada a Cannes...pero después se retiró...¿cómo no dividir estas etapas de su vida?¿acaso pretendés que nos eroticemos con su imagen de anciana?" Y no, no pretendo decir que siempre fue igual en cuanto a sex appeal: solo en cuanto a inteligencia. Y no habría polémica alguna ahora si hubiera actuado en el cine mudo y hubiera tenido el pudor de la Garbo para esconderse al retirarse.
Confundir con desfachatez y desenfado lo que es mezquindad descabellada, falta de empatía...confundir como hizo Simone de Beauvoir la turbulencia de alguien que no se gobierna a sí misma con libertad es fácil si el objeto de nuestra confusión es monísima.
Aquí les dejo el link a un film de los pocos no mentados en el recuerdo, dado que el más mencionado fue "El Desprecio" con un uso rarísimo: como Godard no era facho, ella no era facha, era pura tormenta de facha pero no fascista.
Y también como sinónimo de que podía hacer filmes de alta calidad con grandes directores. Cuando si hay para algo para la que la usó el pajero de Godard es para mostrárnosla más desnuda que nunca en nombre del desnudo cuidado y el gran arte, cosa que ni Olmedo y Porcel lograban.
Una de las vertientes acaloradas de los polemistas del tema del momento asegura que mueve a criticarle a algo el resentimiento de no haber podido acostarnos con ella, cosa que para el universo fantasmático reiterado, para las sesiones de copulación alucinatoria no estaría rigiendo, pero si fuera necesario, aclaro que estreché la mano de un hombre que se acostó con ella ("hasta los pendejos" recuerdo que me detalló) , es decir, toqué la mano que la tocó, aunque ustedes dirán que tal vez debí haber manifestado más explícitamente mi devoción y besado el miembro que la atravesó como la más grande celebración del deseo heterosexual hacia ella.
Otra imputación ad hominem a quienes además de lamentar que no exista más físicamente esa criatura excepcional, lamentamos que declaraba bobadas impresentables es que lo lamentamos por misóginos.
Lo innegable es que Bardot ha hecho comentarios machistas que lamentamos y que es por defender la causa de la mujer que aclaramos que tenía una gracia irrepetible pero no para todo...

 https://www.tv5mondeplus.com/es/films/comedie/viva-maria

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