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Mostrando entradas de mayo, 2025

Leonard Bernstein y el monismo

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  La música es un vehículo para comprender la grandeza de la parte menos explorada del cerebro. Spinetta define su inspiracion como una lluvia. Les Luthiers en muy poco tiempo completaba la música de cada sketch, cuya letrística le llevaba muchísimo más tiempo. Pese a la extravagante biopic de "Maestro", el verdadero Leonard Bernstein escapa a las encorsetadoras categorizacones y debemos buscarlo en su amor a Chomsky, que no es otra cosa en definitiva, que la primera búsqueda monista de Freud, que Konrad Lorez celebra, censurando su ulterior dualismo. Es una búsqueda borgeana, spinozeana: tiene que haber una única fuente universal, es la premisa. Algo que una a Bach con los músicos hindues con los músicos modernos americanos. Todos somos Uno. Salvo el detestable arrogante rival que me surgió, este alemán infumable, Herbert von Karajan, claro.  Paul Johnosn, el británico que escribió, entre otras, la "Historia de los judíos", cree ver en el espíritu mosaico, el amor ...

La filosofía y el nazismo

 Michel Onfray escribio un libro aprovechándose de que Eichmann aseguró en su juicio en Jerusalem, comentado por Hannah Arendt y Hans Magnus Enzesberger que actuó movido por el imperativo categórico kantiano. Ergo: Kant era nazi. Slajov Zizek advierte con horror que se arengó con premisas budísticas a los soldados a matar judíos porque son "irreales", son "ilusiones de los sentidos": su conclusión es que es culpable el budismo de una neutralidad política que puede ser intrumentalizada por el horror. De modo algo más elaborado, Adorno en la "Dialéctica del Iluminismo" ataca también a Kant: escindir la razón de los valores tradicionales y las emociones conduce a Auschwitz. Sabemos que Elfride, hermana de Friedrich, mutiló la obra de Nietzsche para borrar sus elogios a los judíos, sus ataques a los alemanes, para hacer que la filantrópica supresión de la caridad se homologue al nazismo. Heidegger, al asumir el rectorado de Friburgo, miembro del partido nacion...

Se quejan de la jueza pero bien que querrían meterle mano de Dios

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  Encargamos una escultura de Edipo de Tebas, pero el escultor se quedó con lo de "el de los pies hinchados", literal Correo de lectores: desde el barrio de Caballito, al que llama "Pony" nos llega la inquietud de Juan Hitaviale , quien pregunta cómo llamar a la candidata que quiso imponer Martin Lousteau. "Si fuera varón podríamos llamarle su "pollo". Podríamos decir que el pollo de Lousteau terminó en boca de todos por financiar su campaña electoral con dinero del erario público típicamente para el radicalismo con el destinado a la universidad pública. Pero es mujer y si digo que la polla de Losteau acabó en boca de alguien..." Querido Juan: No estamos para esa clase de pelotudeces esta semana. Te deseamos lo mejor y no dejes de seguirnos en las redes y cañas de pescar. El Muro de Tincho Brauer No me gustó la adaptación de Tom Cruise de "Encuentro con mi ex". No tiren la plata gastando en la entrada de "Misio...

Una introducción para Natalia de Haedo

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Alfred Hitchcock, el santo de la espalda

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  De una intensísima novela, Sternberg ha extraído un film nulo; de una novela de aventuras del todo lánguida —Los treintainueve escalones de John Buchan— Hitchcock ha sacado un buen film. Ha inventado episodios. Ha puesto felicidades y travesuras donde el original sólo contenía heroísmo. Ha intercalado un buen erotic relief nada sentimental. Ha intercalado un personaje agradabilísimo —Mr. Memory— hombre infinitamente ajeno de las otras dos potencias del alma, hombre que revela un grave secreto, simplemente porque alguien se lo pregunta y porque contestar es, en ese momento, su rol. Jorge Luis Borges, Sur, Buenos Aires, Año VI, N° 19, abril de 1936. Alfred Hitchcock merece un Nobel de Literatura, más que los laureles que ha obtenido, siendo tan poco pícaros los laureles, la corona de castidad de Dafne para no tener a Zeus adentro, etimología de la palabra "entheusiasmo". Su primera genialidad incluye un episodio imaginado a partir de un viejo chiste en el que un granjero malv...

James Stewart y Cary Grant

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 Nadie elige su propio nombre, salvo el Papa o una estrella de cine. A punto tal que un actor que se llamó verdaderamente "James Stewart" tuvo que pasar a llamarse "Stewart Granger" porque su verdadero nombre fue el nombre artístico de un fundacional galán que inició el star-system al pedir no dinero por su actuación sino un porcentaje de las ganancias.  Nadie no ama a James Stewart porque sus interpretaciones tienen a la vez la cuota de carisma y charme que ninguno tenemos y la dosis de universal inocencia, timidez y rectitud con la que -al menos de niños-todos nos hemos rozado.  Sus comienzos son bien pajueranos, bien provincianos. De no ser por Henry Fonda, la carrera de Stewart no habría despegado y aún con su inestimable ayuda y la de su mujer, Margaret Sullivan, de la que se enamoró con caballeresca sutileza, tardó en lograrlo.  Amado por Lubitsch, por Hitchcock, por Billy Wilder, mis tres directores favoritos, me resulta difícil no hablar de él con reverente ...

Mi canción favorita de Spinetta es "Baradel se durmió"

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  Entre las malas películas con buenas ideas iniciales que ando mirando, la que pueden ver anunciada aquí comienza en plena era de Thatcher con unos chicos punk que de pronto conocen a una colonia extraterrestre pero tardan bocha en darse cuenta de su condición alienígena, porque el punk busca parecerse a un marciano. No se las recomiendo, pero sin duda es mejor que esa espantosa adaptación del clásico de James Bond, del hombre al que le agarra un ictus justo cuando practicaba una cunnilingus: Ictopussy En francés la palabra "desayuno" significa "almuerzo" y al desayuno lo llaman "pequeño almuerzo": el verbo queda largo: voy a pequeñoalmorzar, nada pequeño. En italiano prima colazione, primera comida, converge con breakfast: cortar con el período de ayuno de cuando dormimos. En alemán, en cambio es pedazo tempranero, porción matutina: te obligan a madrugar: voy a tempranoporcionar. Tal vez el peor ejemplo sea el portugués: al desayuno se lo llama "el...