Levis Strauss pone en un pie de igualdad a Sófocles y a Freud. Stephen Fry nos recuerda que la imaginación helénica es la superior.
Stephen Fry no empezó su vida como sus padres querían pero tampoco imaginó el éxito final del que gozaría. Tras ir preso por personificar al dueño de una tarjeta de crédito que robó, fue inauditamente aceptado en Cambridge, donde armó uno de los mejores duos cómicos de la historia con el actor a quien hoy conocemos fundamentalmente por Dr. House. Muy amigo de Emma Thompson, un talento mayúsculo con la generosa sensibilidad de reconocer talentos mayúsculos y ayudarlos, Fry superó un oscuro período de adicción a la cocaína y de admisión de un desorden mental para emerger como el mejor actor posible para hacer de Oscar Wilde. Su interés por la mitología griega es talentosamente dual: porque advierte toda la sabiduría griega y advierte toda la ignorancia británica. Sócrates es famoso por advertir su propia ignorancia y salir a demostrarle a los que creían saber algo, que eran puras paparruchas. Piaget es famoso por mostrar que es un logro relativamente tardío comprender que los demás no ne...